Ha sido una experiencia única, increíble e inigualable, que sin duda alguna animo a todas las personas, procedan del país que procedan y tengan la edad que tengan, independientemente de su profesión a hacerla, les aseguro que no se van a arrepentir y que cuando terminen querrán repetir.
Creo que no hay palabra alguna que pueda definir mi maravillosa estancia en Guatemala, ha sido realmente increíble y aunque lo describa con detalle, sería difícil de entender lo que yo he sentido durante este mes y pico. A pesar de haber vuelto ya hace casi dos semanas sigo “digiriendo” todo lo que me ha sucedido allí.
He aprendido mucho a nivel profesional, ya que soy enfermera y durante mi estancia allí he estado en una clínica, pero sobretodo he crecido y madurado como persona. He aprendido a valorar mucho más las cosas que no son materiales, a poner prioridades en el día a día, a no tener prejuicios de ningún tipo, a escuchar, a ser más empática, a ser más humilde, más generosa, más compresiva, a superar obstáculos y dificultades, pero sobre todo a respetar, a entender que no lo que uno hace tiene porque ser lo mejor, sino que simplemente es diferente.
Familia:
He estado viviendo en casa de un matrimonio joven con una niña de casi dos años, en un pueblo en el departamento de Sacatepequez. Yo vivo en Madrid (España), una ciudad grande por lo que el estilo de vida ha sido muy pero que muy distinto, pero te das cuenta de que uno es capaz de adaptarse a cualquier cambio sin problema y más aun si la compañía es tan buena.
Afortunadamente he tenido la suerte de convivir con una familia meravillosa, sin duda alguna ellos han sido el motivo por el que me costó tanto irme de allí. Me he sentido como en casa desde el primer momento, no me ha faltado nunca de nada, y aunque, como he mencionado con anterioridad he vivido en un ambiente muy distinto a lo que estoy acostumbrada, lo que para algunos sería un impacto bastante brusco para mí resultó casi insignificante, gracias a la buena “conexión” que tuve con mi familia nada más llegar.
Me llevo muy pero que muy buenos recuerdos de unas personas que sin duda alguna han marcado un antes y un después en mi vida y que volveré a visitarles algún día.
Puesto de Salud:
Desgraciadamente Guatemala es un país muy escaso de recursos, por lo que hay una diferencia notable con respecto a Europa. Debido a esto, aprendes a utilizar lo que es realmente necesario, a ser más cuidadoso con lo que se tiene y a no ser derrochador.
En cuanto al personal sanitario que trabaja en la clínica debo decir que son personas súper trabajadoras, muy entregadas a la población y han estado siempre dispuestas tanto a aprender cosas de mí como a enseñarme cosas a mí.
Son profesionales que saben muchísimo e independientemente de su puesto de trabajo han sabio enseñarme un montón de cosas.
En cuanto a los pacientes debo decir que debido al nivel de analfabetismo y escasez de educación, la comunicación con ellos ha sido todo un reto. Pero lo más difícil de conseguir suele ser lo más gratificante.
Viviendo experiencias como estas te das cuenta de que tu vida puede ser muy pero que muy diferente dependiendo del lugar donde hayas nacido, la manera en la que te hayan educado y la familia con la que hayas crecido. Pero debemos darnos cuenta de que el ser diferente te hace ser único, cada persona en el mundo es totalmente distinta a las que tiene alrededor, pero no por eso uno debe considerarse inferior ni mucho menos superior al que tiene al lado.
Nunca se debe infravalorar a otra persona, no importa que su color de piel sea distinto al nuestro, que hablen otro idioma, que tengan unas aficiones totalmente opuestas a las nuestras, que sus costumbres o creencias no tengan nada que ver con las que nosotros tenemos, al final todos somos personas con sentimientos, que tenemos el mismo derecho a reír cuando disfrutamos, a llorar cuando estamos tristes y a enfadarnos cuando algo no es de nuestro agrado.
Al realizar cualquier tipo de voluntariado hay que tener claro que nuestra estancia, sea del tiempo que sea, no va a cambiar la situación del país. Pero aunque el país no haya notado mi presencia allí, solo espero poder haber marcada la vida de unas cuantas personas, por muy escaso que haya sido el tiempo que hemos compartido, igual que ellos han conseguido cambiar la mía de una forma muy bonita.
Marta Gonzalo Balbás
Voluntariado Internacional, Guatemala 2015