Esta es la experiencia de Alberto, voluntario en Sudáfrica con el programa Voluntariado e Idioma.
Alberto Albarrán«El miedo no es buen compañero. Estas fueron las palabras que me llevaron a tomar la decisión de marcharme, de buscar nuevos horizontes y de cumplir un anhelo que me perseguía desde hace tiempo. Se reunieron las condiciones adecuadas, o eso creía yo, para poner rumbo a una tierra desconocida. Realmente la posibilidad siempre había estado ahí pero quien me lo impedía era el miedo.
Me había planteado la opción de salir en infinidad de ocasiones, pero siempre me ponía excusas. Llegó la decisión final y, cómo no, surgieron dudas, pero ya no había marcha atrás: era el momento de dejar atrás los miedos.
En mi cabeza estaba pasar seis meses en Sudáfrica, pero la prudencia me hizo decantarme por tres, prorrogables a otros tres. Me adapto fácilmente a cualquier situación, pero el visado (para turista son tres meses y no era necesario) y el respeto a lo desconocido pesaron más. Además no era definitivo, si me encontraba bien renovaría mi estancia hasta los seis meses.
Me hizo falta una semana para percibir que nada me impedía permanecer todo el tiempo que había planeado desde el principio. Según llegué, el país me abrió los brazos. Cada una de las cosas que me fueron ocurriendo eran más increíbles de lo que yo me podía imaginar.
El voluntariado era una constante carga de energía. Los niños repartían abrazos sin pararse a preguntar, los profesores me trataban como uno más e incluso hay quién organizaba planes para que mi estancia fuera aún más entretenida.
El inglés era una barrera, pero para eso estaba allí. Llegué con mi “poor English” y empezaba a mejorar (sólo había la posibilidad de defenderme en esa lengua, poco españoles se mueven por aquí). No diré que hablo, ni lo haré (cuando me marche de aquí), como Shakespeare pero me voy comunicando e incluso ya he olvidado eso de pensar en castellano a la hora de hablar. Si dos meses han contribuido de una manera notoria a esos avances, creo que seis meses serán un gran empujón.
Mi idea era pasar seis meses y sólo he encontrado motivos que corroboraran esa decisión. Incluso me he llegado a plantear que este país no saldrá tan fácilmente de mí y quién sabe si no volveré para una estancia mayor... Lo único que puedo decir es:¡Gracias AIPC Pandora (por descubrirme un lugar maravilloso)!, ¡gracias Sudáfrica!»
Si quieres saber más sobre la experiencia de Alberto consulta su blog http://alfinyalcabotown.wordpress.com/