Roser Carpio realizó Voluntariado Internacional en Nepal durante 3 meses. Esta es su experiencia. ¡Que la disfrutéis!
¿Sabíais que 3 meses pasan volando? A continuación os explico algunos datos sobre mi voluntariado en Nepal:
– LOS VOLUNTARIOS
He conseguido entender a mis compañeros: al principio, me costaba entender lo que decían, aunque fuera en inglés, los acentos son muy diferentes y hasta que no me acostumbré me sentía un poco tonta. Me acuerdo que con una chica de Singapur, le pedía que me repitiera las cosas más de tres veces, porque no la entendía y ella, con toda la paciencia del mundo, me lo explicaba las veces que hiciera falta. Hemos jugado a cartas, hemos visto algunas pelis, celebrado muchas despedidas en Thamel, hemos bailado en el club OMG (aunque fuera música house, que no me entusiasma, podía bailar hasta que cerraban).
Conocí más de 40 voluntarios en 3 meses, con ganas de trabajar para los demás, de descubrir y conocer otras culturas y lugares. Hemos visitado lugares mágicos. Hemos celebrado varios cumples, hemos cantado, bailado, cenado a la luz de las velas. Hemos ido al médico…jejeje. En general, hemos compartido momentos muy bonitos y sentimientos muy profundos. Con algunos de ellos seguiré teniendo contacto y con otros no, las personas vienen y van en mi vida. Recordaré con mucho cariño a Sophie, Mia y Tamara de Suiza, a Laura y Elias de España, a Jerome de Francia, a Fernanda de México, a Johana, Lea, Ivonney y Lukas de Alemania, a Guillem de Holanda, a Maria Julia y Arthur de Brasil.
– EN LA CASA DE ANCIANOS
Aunque el trabajo es duro, es satisfactorio, porque las personas que viven allí tienen tanto sus habitaciones y la ropa limpias cada día, como personas que los cuidan. Me encanta ver que muchos de los voluntarios son nepalís y cuando tienen vacaciones están allí trabajando. Algunos estudian en el instituto y en su programa tienen incluidas las prácticas en la residencia.
– LOS NIÑOS DEL ORFANATO
Son muy cariñosos. Algunos voluntarios se van con pena y dudas de cómo les irá en la vida. Los niños están acostumbrados a los guiris y los voluntarios les explicamos cosas de nuestros países, así que seguramente tengan una visión muy abierta, tienen curiosidad por todo. Hablan inglés, van a la escuela, tienen las necesidades básicas cubiertas: comida, ropa, un lugar donde vivir. Algunas personas dan donaciones (dinero, ropa, calzado), o les llevan galletas o caramelos. Estoy convencida de que les irá bien, son niños muy sociables, son una gran familia, se ayudan mucho entre ellos. Recordaré con mucho cariño a Muna, 11 añitos, de mayor quiere ser cantante, le encanta bailar y lo hace de maravilla, a la niñita tímida (no recuerdo su nombre) que los primeros días estaba seria y apartada del resto de niños, el primer día que la vi sonreír me hizo muy feliz, he llegado a bailar con ella y es un encanto de niña. Me acordaré mucho de Amrita, siempre le hago la broma de que se llama Amrita puri, y se ríe, es un solete. Y como no, del niño que siempre te recibe con un gran abrazo y un cariño que es para comérselo.
¡¡Os seguiré contando más cosas en breve!!