Este domingo 13 de junio Antena 3 ha estrenado «Operación Momotombo», un nuevo docu-reality en el que cinco jóvenes españoles con problemas de conflictividad viajarán a una de las zonas más pobres de Nicaragua para construir un comedor en una escuela. Así, durante 20 días convivirán con jóvenes locales de su misma edad mientras realizan esta labor de voluntariado. El objetivo, obvio: que se den cuenta de lo afortunados que son y aprendan a valorar lo que tienen, superando así sus problemas, los cuales después de esta experiencia quizás no les parezcan tantos. El ex-futbolista Julio Salinas hará de mentor de los chicos, acompañándolos durante su estancia e impartiéndoles cursos de autoestima y desarrollo personal.
En principio, podría parecer que se trata de un objetivo muy loable y altamente positivo. Sin embargo, tal y como ha publicado hace unos días en su blog la Plataforma de Voluntariado de España (PVE), de la que AIPC Pandora es miembro, surgen algunos matices que conviene plantearse.
La exclusión social y la pobreza se están convirtiendo en los últimos meses en «producto televisivo de moda» en nuestro país para la producción de docu-realities. Cabe recordar en este punto programas como «Famosos y mendigos» o «El secreto». En ambos casos sale a relucir el voluntariado, ofreciéndose al público una imagen distorsionada del mismo, mientras se convierte en espectáculo televisivo realidades de exclusión social y pobreza.
Lo mismo se podría decir de la supuesta conflictividad de la juventud española, presentada hasta la saciedad en diferentes programas televisivos últimamente, como por ejemplo «Curso del 63» (del que Antena 3 ya prepara segunda edición) o «Generación Ni-Ni». Una imagen que no consideramos representativa de la realidad.
Por eso, nos sumamos a las preguntas que lanzan desde la PVE y os las preguntamos a vosotros:
– ¿Estos docu-realitys tienen algún tipo de aportación positiva para las personas en situación de pobreza y exclusión social? ¿Y para las personas jóvenes que participan en ellos?
– ¿Se visibiliza o simplemente se instrumentaliza la situación de estas personas en situación de exclusión y pobreza con el objetivo de lograr una mayor audiencia televisiva?
– ¿Alguien se ha planteado el impacto que la presencia de estos jóvenes (y de todo el equipo televisivo) va a tener sobre la población de acogida? ¿ Y la futura sostenibilidad del proyecto que realizarán durante el programa?
– ¿Puede que este tipo de docu-realitys trivialicen la situación en la que se encuentran muchas personas y fomente tratamientos informativos ante situaciones de pobreza y exclusión social como el que protagonizó Manolo Lama hace unas semanas?