Ha sido una experiencia maravillosa he podido desarrollar mi potencial de trabajo, social, artístico y humano. Realmente ha valido la pena.
Conocer la cultura polaca me ha fascinado por lo distinta a la mía, me he adaptado muy bien a la filosofía del lugar, aunque fue un proceso depurativo ante el contraste de dos culturas diferentes. Tuvimos la oportunidad de ir a la frontera entre Alemania y Polonia y conocer a refugiados de la guerra en Siria, fue algo impactante, conmovedor y humano.
Pude tener la oportunidad de trabajar directamente con Daniel Jacewicz el director creativo de Brama, codirigir el performance de los voluntarios “Psyrcle” de mis compañeros con él, fue una experiencia fantástica. También trabajé como social media por un periodo de tiempo y luego me dediqué al proceso del nuevo performance “Ghost Dance” en el que actué y finalmente estoy preparando la producción internacional con la Universidad de Valparaiso de Chile para el festival BRAMAT que se hace todos los años, creando una conexión artística y humana entre dos continentes Latinoamerica y Polonia.
Tengo planes de seguir aprendiendo polaco y adentrarme a la cultura artística eslava europea, se ha convertido en uno de mis temas principales de investigación y por el cual he desarrollado una extraña y curiosa pasión.
Voluntaria SVE en Brama (Polonia)