«Charlas en los coles de Santa Lucía y “ratitos nutritivos” con las mujeres de San Lucas

«Y se nos va la segunda semana, como si se nos escapara de las manos. Una semana que ha estado llena de retos. Comenzar el día sabiendo que la mayoría del tiempo vas a estar con niños, y que les vas a tener que explicar lo importante que es reciclar. Reciclar y reutilizar en lugar de consumir sin frenos en un mundo que se viene abajo, no porque la raza humana pese demasiado, sino porque su ambición descontrolada pesa demasiado. Hablar de ciertas cosas en ciertos contextos puede ser algo muy emocionante, pero a su vez, aterrador. Porque los niños pueden ser los seres más tiernos del mundo, pero también son los más impredecibles. Tanto, que cuando finaliza la mañana, uno puede estar más perdido que los alumnos a los que habla. Lo bueno de todo esto es que hablar, estar, jugar y compartir momentos con los niños, siempre resulta ser, ante todo, un aprendizaje.

ratitos nutritivos

Levantarse de la cama sabiendo también que, después de una mañana tan completa, estaremos con los adolescentes, con aquellos que están a las puertas de ser hombres y mujeres, de desempeñar labores de hombres y mujeres, de pensar y sentir como hombres y mujeres. Si dar una charla de autoestima, género, plan de vida y sexualidad a los adolescentes de tu propio país podría hacer que le temblara las piernas a más de uno, dar este tipo de charlas en otro país, bajo el yugo de una cultura donde la religión tiene reservado su lugar en los palcos, junto a otras realidades como el embarazo temprano, la violencia o la discriminación, podría resultar, simplemente, inviable…pero Guatemala es una tierra de volcanes, tierra viva, selva, color. En definitiva, es uno de esos lugares donde todo es posible.  Y así ha resultado ser. Estar con niños y jóvenes guatemaltecos no fue más ni menos que un regalo. Porque el poder que más predomina y reina en Guatemala, sin duda, es el cariño, el afecto, y todas sus formas de expresión.

Porque llega un momento en el que sus uniformes y nuestras ropas ya no importan, lo importante es jugar al fútbol con una botella y jugar entre charcos de agua y barro, en una clase a medio construir en la que la lluvia arrasa y ensordece, pero no destruye. Porque lo que parece un niño rebelde y travieso que puede sabotearte la clase, no resulta ser más que un duendecillo que cuando sonríe te desarma, porque te descubre que se puede sonreír sin límites sin tener apenas dientes.

Porque en Guatemala todo guarda su secreto, su leyenda. Como las mujeres de Santo Tomás, que nos acogieron y nos prestaron su espacio para hablarles de nutrición, de la ideal y de la posible, cuando ellas son las verdaderas expertas en materia de alimentos y en cómo cultivarlos, sembrarlos y trabajarlos. Mujeres, madres, hijas, hermanas y abuelas, algunas cuya principal lengua no es el español, y otras muchas que se sienten posiblemente a años luz de lo que es un español…Todas, absolutamente todas mantuvieron en su gesto uno de los dones más maltrechos de nuestro tiempo: el agradecimiento.

Empezamos nuestra última semana, y pidiendo con o sin sincretismo, a todos los dioses mayas, y cristianos o evangélicos que la prolonguen, y mucho, porque este grupo de españoles sufre una adicción: Guatemala y su gente.»

María Luisa, voluntaria del Microproyecto de Cooperación en Guatemala

Echa un vistazo aquí a las imágenes de la experiencia del grupo del Microproyecto en Guatemala

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