Al empezar una experiencia como la nuestra siempre resurge de manera cíclica la pregunta del “cómo voy a ayudar”, o “qué tengo yo que aportar”. A mi manera, siempre me gusto girar un poco este concepto transformando la pregunta en algo más cercano a uno mismo. De cómo puedo ser yo más abierto, culturalmente hablando, para entender ese concepto del “ayudar”, quitarnos las concepciones de verticalidad que la palabra lleva intrínseca en cualquier mente occidental y, al final, darnos cuenta de que no está tan claro quién ayuda a quien, ni qué es eso del “dar” o qué forma tiene.
Karnataka, IndiaEl hecho de ser coordinador y por ello querer destinar tiempo y esfuerzo en trasmitir estas perspectivas, para mi fundamentales, al grupo, hizo que, cuando fui yo quien lo experimenté, me pillará totalmente por sorpresa. Como una bofetada que te desmonta el puzle y ya no ves ni las piezas. Me refiero a una sensación nueva para mí, a la que di el nombre de “pequeñez”. De pequeñez cultural. Ver como tus etiquetas para categorizar la realidad dejan de valer por completo. Una persona que se planta ante ti, desgastada físicamente, cobrando su trabajo en boles de arroz, que te regala una sonrisa inocente. Yo no encontraba ninguna herramienta para entender aquello y que no me dejara completamente desmontado. ¿Puedo decir yo que esa persona es feliz? ¿Por sonreír? Puede ser, o puede que no. Lo único que me quedo claro es que no lo sabía, y ahí lo dejé. Ese fue mi momento de conexión, ver que no hay respuesta para todo. Ser capaz de asumirlo, sentarme y pararme a observar, el tiempo que haga falta.
Pablo
Lo que hace especial un momento o un viaje, a parte del sitio donde estés y las cosas que nos rodean, para mí, lo más importante, y lo que hace el momento único, son las personas con quien lo compartes y con quien lo vives.
He tenido la mayor suerte del mundo con el grupo que me ha tocado para compartir esta experiencia increíble. Nunca hubiese pensado que personas tan diferentes y que chocan tanto, llegarían a llevarse tan bien en tan poco tiempo.
Me siento una persona muy afortunada porque he tenido la oportunidad de compartir una de las mejores e inolvidables experiencias de mi vida, con gente aun más extraordinaria, no podría haber elegido mejor compañía.
Y por eso le estoy eternamente agradecida a pandora y FSL por introducirme a 16 personalidades que nunca olvidare, tanto team leaders como compañeros que han hecho de esta experiencia imborrable aún mejor.
Laura
