Experiencias que transforman
Supongo que habrá que empezar por el principio: ese día del “meeting” en Pandora. Ese día conocí a los que iban a ser mi familia durante tres semanas, pero entonces yo eso no lo sabía. Salí de ahí diciendo: “qué personajes, me voy a echar unas buenas risas”; y ahora me doy cuenta de que va más allá de esas risas. Que los lloros también cuentan, porque sin vosotros, “familia”, esta experiencia inolvidable no habría sido lo mismo.
Después de eso viene el día 2 de Julio de 2015. Los madrileños, vascos y riojana nos unimos en la T4 de Madrid. Ese día queda ya lejos en mi memoria, a pesar de las únicas 3 semanas que han pasado desde entonces. Estuvimos 7 horas en el vuelo Madrid – Dubai. 7 horas con Fer y Sofi, grandes protagonistas de mi historia. Consu y yo, por supuesto ya inseparables. En Dubai nos reunimos con los catalanes Marcos y Ainhoa, con los que hasta entonces no habría cruzado más de dos palabras, y ahora qué decir de ellos. Fueron 4 horas más hasta Bangalore con Laura, Lulu y Marcos en el avión. Ahí me di cuenta de que todo empezaba, sobre todo por ese desayuno picante que nos dieron. ¡Quién diría que lo picante es ahora una costumbre!
Karnataka – IndiaPensábamos que el viaje se acababa ahí, pero después de unas cuantas horas en Bangalore con Dinesh e Ismail cogimos el que sería el primer tren nocturno de mi vida, y el lugar donde perdí gran parte de mis escrúpulos, entre ratas y vendedores de café, “chai” y “dosas”. Llegamos al Training Center de Kundapur. Ismail todavía era un desconocido para nosotros, pero Dino era ya uno de nosotros, después de esos bailes en la habitación de Bangalore. Allí, en Kundapur, se sumarían Jeevan, Manyula, David y, por supuesto, Jorge y Marta a nuestra gran panda. Una semana allí fue suficiente para que naciese el trío CSC (al que Pablo quiere unirse). Allí empezamos a ser esa gran familia. Belén, Ana y Lucía, con quienes aparentemente no tenía nada en común, comenzarán a ser importantes para mí. Y qué decir de Amy, mi “secrétaire géniale”, barbie y baby; Fermín, únicamente definible como “único” o “personaje”; y Felipe, vecino de toda la vida, con quien ni habría hablado de no ser por este viaje y, ahora, amigo.
Sigue a esa semana del Training Center la estancia en las familias. 22 personas en casa de Cynthia contando con Consuelo y conmigo. Igual de inolvidable aquella conversación con Sofía en el Training Center. Los niños del cole de Basur tampoco caen en el olvido.
Y ya llega la última fase del viaje, Bangalore, donde intimo y entro en confianza con la mayoría de nosotros. Entre las duchas, los cinco, el 9,7 y Pablo siempre rondándonos, seguimos con la aventura. “Eres una persona muy bonita. ¡Vuela!”. Gran frase que me ha marcado de por vida; mejor autor, aunque a veces insoportable. A estas alturas Ismail y Dino ya son algo entre amigos y hermanos mayores; siempre cuidando de nosotros.
El momento que tanto me asustaba se acercaba. Primera parte de la despedida, y aquí cierra la frase:”No llores, volverás a India, no es un adiós”, que me dijo Ismail. Segunda parte de la despedida: los catalanes. ¡Qué adiós más duro de asimilar! Pero como todo pasa por algo (y lo que no pasa, también es por algo), gracias a esa imposible despedida escribo esto, en el avión, esperando que la experiencia que empezó el 27 de Junio no tenga fin.
Catalina.