A un mes de las elecciones legislativas del próximo 29 de abril, Malí ‘celebra’ su 21 aniversario democrático entre grandes tensiones políticas y militares. Tras 10 años en el poder el presidente Amadou Toumani Toure ha sido depuesto fruto de un golpe militar que aísla a Malí del ámbito internacional y que ya está provocando que muchos países, entre ellos España, retiren la ayuda internacional y a la cooperación en la zona.
Toure fue depuesto el jueves pasado por militares golpistas que alegaron la mala gestión de la crisis en el norte de Malí donde la rebelión armada llevada a cabo por los separatistas tuareg ha puesto en jaque al Gobierno.
El norte de Malí es escenario desde mediados de enero de una rebelión armada de los separatistas del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) quienes reivindican la independencia de Azawad, que se extiende unos 850.000 kilómetros cuadrados en el norte del país.
¿Por qué ahora?
Resulta al menos curioso el porqué de este golpe militar a un mes de las elecciones cuando el ahora presidente depuesto había anunciado que no iba a concurrir de nuevo a las urnas. Pero Malí es un país en principio democrático y multipartidista desde 2002 cuando se celebraron las primeras elecciones legislativas y presidenciales libres y pluralistas y en las que Touré se alzó con el poder y es realmente el sistema de libertad política el que está en juego, independientemente de la gestión de su presidente.
En AIPC Pandora trabajamos en Malí desde el año 2009 desarrollando Microproyectos de Cooperación al Desarrollo en el área educativa y de desarrollo comunitario. Como todas las ONG que trabajan en la zona, nos preocupa este jaque a la democracia en un país con el que hemos desarrollado fuertes lazos de amistad y colaboración a lo largo de estos años. La cercanía y la comunicación diaria con las contrapartes con las que trabajamos nos permiten disponer de noticias y actualizaciones de la situación. Trabajando desde el respeto, la humildad y la igualdad, creemos que nadie tiene más autoridad que la propia comunidad para hablarnos de la realidad de su país. Nuestros socios locales nos trasladan que el problema es político pero no civil y resumen con un rotundo “tout ce passe bien ici” (“todo está bien aquí”) haciendo hincapié en que ellos continúan con sus labores diarias para mejorar las condiciones de vida de la población. Un claro ejemplo de esto son las imágenes que nos hacen llegar sobre el avance de la construcción de la escuela infantil en Kalassa (en la región de Kati) que dará servicio a 556 niños y niñas en edades comprendidas entre los 6 y 11 años.
Confiamos en que las elecciones de abril restablezcan el orden democrático en Malí para que este verano podamos seguir desarrollando los tres Microproyectos de Cooperación al Desarrollo que teníamos previstos en la zona y poder en marcha el embellecimiento de la escuela, así como su puesta en marcha con formación a profesorado e impartición de las clases.
Imágenes de la construcción de la escuela en Kalassa (en la región de Kati)
escuela en Kalassa (en la región de Kati) escuela en Kalassa (en la región de Kati) escuela en Kalassa (en la región de Kati)