El 1 de Agosto del 2015 salimos dirección Niracagua. Más de 24 horas de viaje donde nos encontramos con nervios, ansias, algo de estrés pero sobre todo ganas de llegar a lo que sería nuestra nueva casa.
Solo ha pasado una semana y sin embargo han sido muchas las experiencias y aprendizajes que hemos obtenido de la mano de este país y su gente. Vivir y formar parte de una realidad radicalmente diferente a la que conocíamos no solo nos a ayuda formar una percepción del mundo más global y abierta, sino que también nos enriquece de costumbres y valores que con el paso del tiempo hemos ido olvidando.
Microproyecto Nicaragua 2015Este proceso comenzó con la visitas a las comunidades cercanas a los municipios de Condega y Palacaguina. Conocimos a mujeres campesinas que trabajan como horneadoras de pan o pertenecen a un mercado local campesino. Mujeres fuertes y emprendedoras que con dificultades consiguen, poco a poco, ir adquiriendo una autonomía económica. En definitiva, el que compartieran su historia, sus opiniones y emociones fue una dosis de inspiración y energía.
Así pues, en el transcurso de los primeros días fuimos conociendo diferentes casos y preocupaciones individuales para poder comprender, al menos un poco mejor, la realidad de la zona.
Fue el viernes a la mañana cuando reunimos a 20 mujeres horneadoras y colaboramos con ellas en un taller de intercambio de experiencias. Las mujeres de Palacaguina, con un recorrido de mayor duración que las de Condega, relataban a través de juegos y dinámicas sus vivencias. Exponían los aprendizajes que habían obtenido a través de la experiencia y de cursos de capacitación. Las mujeres de Condega, por otro lado, ofrecían su conocimiento en lo referente a recetas tradicionales ya perdidas en muchas zonas. Un día intenso y bonito que nos permitirá poder trabajar con ellas en las dudas, inquietudes y deseos que tengan.
Finalmente, el fin de semana, los trabajadores de la asociación Octupan nos ofrecieron un maravilloso viaje a la Playa de Coco (se ubica a 18 kilómetros al sur de San Juan del Sur, haciendo frontera con Costa Rica). Un viaje del que estaremos eternamente agradecidos. Antes de volver a nuestras respectivas casas, también tuvimos la oportunidad de conocer Granada y sus isletas en el gran lago de Nicaragua, Cocibolca.