Y aquí seguimos. Un día más me pongo delante del ordenador, este extraño aparato con el que no me llevo especialmente bien, para contaros nuestras aventuras y desventuras en tierras palestinas.
Desde la última vez que os escribí hemos continuado con nuestras actividades cotidianas, aunque hemos introducido eventos nuevos. Todas han tenido idéntico resultado, es decir, los niños y niñas han disfrutado, que es lo más importante aquí, pero tengo que admitir que el desarrollo de ellas ha variado.
Este domingo, se decidió hacer una pequeña excursión con los chiquillos y chiquillas a Nablús Sky. Esto, es un parque situado en lo alto de una colina, frecuentado por bastantes lugareños y donde se observa Nablús en toda su inmensidad, con sus calles y casas iluminadas. Hay que decir que Nablús no es precisamente una ciudad pequeña, y las vistas llegan casi hasta donde alcanza la vista. Desde luego que para los amantes de las vista panorámicas, esto es un gran punto que visitar.
Esta excursión, como he dicho, finalmente salió bien, pero hasta llegar a esa conclusión pasamos por unas pequeñas penalidades. Se citó a las niñas y niños a las 8:30 de la tarde, después de su desayuno de ramadán. En un principio, contábamos con que acudirían alrededor de 50 niños y niñas, por lo que contratamos un autobús. Llegadas las nueve de la noche, resultó que el número con el que nos encontramos era ostensiblemente superior al esperado, mas o menos el doble. En España, lo solución hubiera sido relativamente sencilla, se les hubiese “invitado” a abandonar la excursión porque no se habían inscrito con anterioridad, pero como comprenderéis, la situación por estos lares es algo distinta, no podemos decir a los chiquillos que no pueden venir, por lo que el coordinador del centro fue dando el visto bueno a toda persona que venía, hasta que nos vimos un poco superados. Nos encontramos con que no teníamos espacio suficiente para llevarlos a todos/as y que nos hubiese venido bien tener algún monitor más. Además, a medida que iban llegando los chicos y las chicas, íbamos contándolos dentro del centro, que no es particularmente grande, y se nos acumularon grandes grupos difíciles de controlar. Por suerte, entre la los monitores locales y la estimable ayuda de todos, pudimos organizar la situación para que empezara a marchar. Hicimos que el autobús que se había contratado, hiciese dos viajes para poder transportar a los niños y niñas, tanto de ida como de vuelta, por lo que pudimos trasladar a todo el mundo.
La aventura continúaEn cualquier caso, aquí no acaban las curiosidades de esta actividad. Al llegar allí, nos encontramos con que no podíamos controlar a todos/as y realizar las actividades que teníamos previstas. Un cierto número de los niños y niñas desaparecieron en un momento dado, aunque aquí se demuestra la gran capacidad de autosuficiencia y aprendizaje que tienen los niños/as en situaciones precarias como las que se encuentran en Palestina. Al poco tiempo, todos y cada uno de los chavales/as estaban con nosotros, sin necesidad de salir a buscarlos y desesperarnos, ellos mismos descubrieron donde estábamos y regresaron con nosotros. Sinceramente, IMPRESIONANTE!! Una vez todos juntos, realizamos algunos juegos y regresamos a Askar Camp sin más contrariedades. Esta claro, que ante está situación nosotros/as aprendimos muchas cosas sobre como adaptarnos a distintas situaciones críticas y como responder tranquilamente a ciertas eventualidades.
Días más tarde, se decidió hacer otra pequeña excursión, esta vez a un parque de juegos relativamente cerca de Askar. Este día tampoco nos libramos de situaciones inesperadas, pero esta vez ya estábamos algo más preparados. Volvimos a encontrarnos con muchos más niños de los estimados, pero gracias a nuestra experiencia de días antes (está claro que no hay mal que por bien no venga) respondimos mucho más rápido, pudimos tener un autobús extra en menos tiempo, y además organizar a los niños/as de mejor manera, ya que en vez de meterlos dentro del centro, lo hicimos en la misma calle, donde hay mucho más espacio, les tenemos a todos controlados y podemos otear el horizonte y capear el temporal.
En cualquier caso, puedo asegurar que todos salieron contentísimos de ambas actividades. Los chicos y chicas palestinos son realmente alegres, y aunque un poco pillos, da gusto estar con ellos. Siempre están cantando y bailando, y aunque se encuentren en ciertas situaciones algo precarias, reaccionan de una manera natural.
No acaban aquí las cosas que os puedo contar… El otro día vino a Askar un grupo de teatro de Israel!! para niños a donde pudimos llevar a todos los chavales que participan en el campamento, otra actividad de la que han disfrutado mucho, eso si, a su manera, porque cierto es que algunos hacían caso omiso a la actuación que tenían delante.
Además ayer dio comienzo un campeonato de fútbol para los niños del campamento que se llevará a cabo en los próximos tres días. Los voluntarios/as jugaremos el último día contra los propios niños, a ver que tal se nos da…
En cuanto al plano personal, creo que puedo decir de boca de todos/as que é como nos ha ido.
Un gran saludo para todos nuestros seguidores y seguidoras!!!