Tras muchos meses imaginándolo y 11 horas de vuelo, ¡estábamos en Guatemala! Con mucha expectación, cuatro estudiantes y un profesor de la Universidad Europea de Madrid habíamos aterrizado en tierras guatemaltecas con unas ganas inmensas de comenzar nuestra experiencia. Nada más llegar (y con el jet lag como curioso acompañante) la ONG nativa Inlex nos había organizado nuestras primeras visitas turísticas: la ciudad de Antigua, viva por sus colores y rincones; y el lago de Atitlán, al que nos cuesta describir sin decir que es un lugar mágico.
Observábamos la naturaleza de este país y a su gente, preguntándonos cómo podríamos servir de ayuda, llenos de preguntas por resolver y con una gran curiosidad por conocer a las familias con las que viviríamos.
Fue fácil perder la noción del tiempo («¿qué hora es ahora?» «¿ya es mañana en España?» «¿pero cuántos días han pasado ya?), pero sin duda reafirmamos que cruzar el charco había merecido la pena tras el recibimiento que nos regalaron las familias, lleno de expresiones de felicidad, palabras de alegría y sonrisas por todas partes.
Microproyecto de Cooperación de GuatemalaNo podemos estar más contentos con el comienzo de esta aventura: la belleza de un país tanto por dentro como por fuera y la unión en piña de cinco voluntarios que comparten su lucha de mejorar (aunque sea un poquito) esta locura que tenemos por mundo.
¡Saludos guatemaltecos!
Jose Ángel, Laura, Federico, Carmen y Mercedes