Fin. Esto se acabó.
Casa do Caminho no es una organización usual, es una familia, y eso se nota. L@s niñ@s de acogida lo saben y facilitan mucho el trabajo. Obviamente su vida no es fácil, pero son niñ@s, y deben de seguir siéndolo, aunque haya cosas que no dependan de ell@s.
Nos vamos con la impresión de haber colaborado, pero con la de haber aprendido mucho más, tanto de l@s niñ@s y adolescentes como de los voluntari@s que hacen que Casa do Caminho siga eso, su propio camino.
Así pues, ha sido un magnífico mes del que volvemos muy content@s.