Ser voluntario con el SVE ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, el trabajo en equipo es fabuloso y te hace reflexionar sobre la capacidad que tiene el ser humano con tan solo un poco de ayuda y compenetración. El ambiente y la acogida de la organización fue fabulosa, verdaderamente me hacían sentir como en casa. En convivencia se pueden aprender muchas cosas: respeto al prójimo, compartir formas de pensar, ocio y responsabilidades.
Recomiendo esta experiencia a todos aquellos que no sepan que hacer o no puedan hacer lo que saben; es una oportunidad fantástica para abrirse paso en un ámbito social y cultural.