«Han aprendido que detrás de cada pequeño detalle o vivencia puede haber mucho aprendizaje»

En la cordillera del Himalaya hay un pequeño reino donde la felicidad se mide y se vive, un lugar donde sus habitantes conservan la pureza de las tradiciones, la cultura y el amor por la naturaleza.

Este país se llama Bután, y seis de los casi 200 participantes de nuestro programa VIS (Verano internacional y Solidario) han podido vivir en primera persona los aprendizajes que conlleva estar durante 21 días inmersos en la vida tradicional butanesa.

Bután

Han participado en la organización del festival cultural del valle del Haa, han vivido con familias de agricultores locales, trabajando la tierra, produciendo queso, creando caminos… y compartiendo e intercambiando experiencias con jóvenes locales.

Pero la experiencia no queda ahí, es mucho más profunda, durante estas tres semanas el grupo ha aprendido a compartir experiencias, a resolver problemas logísticos y de relación, han liderado iniciativas, han vivido y se han comunicado con personas de cultura muy diferente a la suya y sobre todo han aprendido que detrás de cada pequeño detalle o vivencia puede haber mucho aprendizaje.

Tal y como expresa Max Medrano, uno de los participantes, para él el viaje ha sido: “Descubrir, de las manos del país de la felicidad, que el bienestar se basa en la simplicidad, el disfrute de cada momento y la vida sin tantas preocupaciones”

Coordinador del grupo Verano Internacional y Solidario en Bután 2017

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