Champa es el elefante con el que más contacto tenemos Julie y yo, como voluntarios, y Kapel, como Project Executive. La gran parte de estos elefantes es tan grande como su paciencia y bondad. “Good elephat” es lo que siempre nos dice Nassrydin el mahout que lo cuida. Nuestras tareas principales con Champa es la preparación de la comida, su alimentación y le pintamos. Es increíble cómo puedes coger tanta cercanía con un animal que en sus orígenes es salvaje.
Este es el ecuador de mi segunda semana. Es agradable y una gran satisfacción empezar a ser reconocido, ya no solo por la “aspiradora” de Champa, oliendo cada centímetro de nuestro cuerpo, sino también por los niños corriendo que al verte pasar te saludan con “alo”.
Los días comienzan con uno o dos niños corriendo a darte los buenos días nada más bajar del coche y antes de poder entrar en la clase ya se han multiplicado por diez. Kapel pasa lista mientras Julie y yo les damos jabón para las manos y un cepillo con pasta de dientes para el aseo dental.
Rápidamente toman asiento en una plataforma para atender a la clase, parece que están dispuestos a ver una gran película. Tod@s quieren demostrar el nivel de inglés que saben, el abecedario, los números, nombres de frutas, animales, vegetales…
Después de una hora desarrollamos juegos en equipo en el jardín como fútbol, volleyball u otros más tranquilos, todos l@s niñ@s se sientan en círculos y comienzan a disfrutar con los juegos que Kapel les trae: puzzles, cuadernos para colorear…
Texto y fotos: Miguel Méndez, voluntario en India