Ya llevamos una semana absorbiendo Bamako desde el momento de la llegada, hipnotizados por sus colores, olores, sabores y su gente acogedora. Absorbidos por los proyectos, nos faltan horas para llevar a cabo todo lo que se podria hacer. En Fruits d’Or, los padres de los chavales apadrinados nos han dado una gran fiesta, con musica, baile y un obsequio a Pandora; nosotros hemos preparado una ensaladilla rusa de estrella Michelin. En Kanuya nos han acogido con los brazos abiertos. Estamos expectantes para ver todo lo que podemos aportar a unos chicos que proceden mayormente de zonas rurales y que han venido a la locura de la cuidad a buscar una salida, a esta ciudad que, pese a todo, y como todas, es el lugar de los posibles.

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Viajar para crecer: cómo los viajes al extranjero potencian el desarrollo cerebral de los adolescentes
La adolescencia es una etapa fascinante y desafiante a partes iguales. Es ese momento en el que nuestros hijos e hijas comienzan a forjar su