Los Microproyectos de Cooperación tienen una duración aproximada de 21 días, durante los cuales se lleva a cabo una o varias acciones encaminadas a la mejora de algún aspecto de la vida en una comunidad local. Esta es la esencia de los microproyectos en lo que a repercusión sobre el terreno se refiere. Sin embargo, existe otra vertiente quizás menos evidente pero igual de importante y a la que desde AIPC Pandora damos gran importancia: las acciones derivadas de la presencia del grupo en terreno y la sostenibilidad de los proyectos. ¿Qué significa esto exactamente?
En primer lugar, desde el primer momento tuvimos muy claro que los Microproyectos de Cooperación debían basarse en necesidades demandadas a nivel local, o dicho de otra manera, que debían ser las poblaciones locales quienes establecieran cuáles son sus necesidades y nos las transmitieran. La razón es tan sencilla como lógica: ellos mejor que nadie las conocen. Así pues, AIPC Pandora se basa en su red de contactos con otras asociaciones a nivel internacional para crear y construir las relaciones necesarias que desemboquen en la estructura necesaria para formar un Microproyecto. Una vez establecidas las necesidades a cubrir con el envío del grupo de voluntarios, y prefijadas las condiciones de alojamiento, manutención y transporte de los mismos, el Microproyecto se abre al público.
¿Por qué se actúa de este modo? Pues bien, porque si se hiciera de otra forma podrían ocurrir alguna de las siguientes cosas:
– Que el objetivo marcado en el Microproyecto no correspondiese a ninguna necesidad real de la comunidad.
– Que el Microproyecto no fuera logísticamente realizable, bien por la duración del mismo (21 días), bien por las infraestructuras existentes previamente en la zona.
– Que a la partida del grupo una vez realizado el Microproyecto, lo conseguido en terreno no resultase sostenible o útil para las comunidades en las que se ha actuado, ya que o bien no respondía a ninguna necesidad real existente en la zona o bien porque no se han trabajado los medios para su mantenimiento o bien porque no hay nadie que pueda encargarse de ello o con la suficiente preparación.
Pero la forma de crear y dar nacimiento a los Microproyectos no es la única herramienta que desde AIPC Pandora usamos para garantizar la sostenibilidad futura de los mismos. Al trabajar con asociaciones locales que operan de forma permanente en la zona se asegura la sostenibilidad del objetivo marcado en el Microproyecto, pero pensamos que la presencia de un grupo de voluntarios sobre el terreno puede, con un pequeño trabajo de observación y análisis, desembocar en acciones al regreso a España que mejoren mucho más la situación en el país que se ha visitado.
Por ejemplo, el Microproyecto de Cooperación que en el verano de 2009 trabajó en el Jardín de Infancia Les Fruits D´Or de Bamako (Mali) tenía como objetivo la mejora de la formación de los docentes y alumnos del centro. Pues bien, mientras se trabajaba en este proyecto, los voluntarios descubrieron que muchos de los niños que asistían a la escuela no podían hacer frente al pago de la matrícula escolar. Ello había ocasionado ya numerosos retrasos en el pago de las cuotas de muchos de ellos, lo que conllevaba un pesado lastre para el colegio ya que le impedía la compra de nuevo material didáctico y el mantenimiento del existente. La opción de expulsarles del centro suponía condenar a esos niños a la mendicidad o al trabajo laboral, razón por la que aguantaban como podían a los chavales en el centro. La cuota anual de escolarización era de sólo 130 euros.
A su regreso a España, el grupo puso esta situación en conocimiento de AIPC Pandora, dando origen al programa de Apadrinamiento Escolar de Mali, que ha conseguido en su primer año de vida que 25 niños hayan podido seguir cursando sus estudios gracias a otros tantos padrinos y madrinas españoles.
Esto es sólo un ejemplo de acción derivada de un Microproyecto, pero podríamos citar algunas más, como las nacidas tras el Viaje Solidario al Sáhara de la pasada Semana Santa: envío de medicinas a centros de salud de la zona para su reparto, campaña de diagnóstico de retina para los niños afectados por las arenas del desierto, etc.
De hecho, los dos microproyectos del mes de junio ya han tenido consecuencias para el futuro. Del microproyecto de Marruecos han nacido tres nuevas intervenciones para el año que viene que tienen como objetivo la mejora de las condiciones económicas generales de la zona a través del turismo sostenible, así como proyectos de arquitectura. Del microproyecto en Guatemala también ha surgido una nueva intervención para el verano de 2011 basada en una campaña de higiene y salud dental.
Grandes acciones que mejoran mucho las condiciones de vida de quienes nos reciben en sus comunidades, y que son generadas por gestos que desde España requieren muy poco de nosotros. Ese es el gran objetivo: darnos cuenta de ello y actuar en consecuencia para lograr muchos pequeños gestos que deriven en muchas grandes mejoras. De nuestros voluntarios y su capacidad de observación seguro que saldrán muchas grandes ideas tras sus Microproyectos de Cooperación 2010.