Nuestro proyecto con INLEX está dividido en dos partes, trabajando con dos diferentes asociaciones que desarrollan sus proyectos en el departamento de Sacatepéquez. Los primeros días estuvimos con Edusi, una organización que apoya a grupos de mujeres en temas de educación informal, salud y vivienda digna en Santo Tomás, un pueblo al lado del «nuestro», Santa Lucía. Estuvimos con dos grupos durante 5 días, trabajando diferentes temas. Antes de nuestra partida pasamos dos días en la oficina de INLEX preparando los talleres que íbamos a hacer con las mujeres: temas centrados en la autoestima y los pequeños negocios que ya tienen unas de las mujeres, o que quieren tener en el futuro.
seguimos aprendiendo con las mujeresEl taller de autoestima lo impartimos a dos grupos, de 20 y 40 mujeres cada uno. Se basaron en diferentes actividades para debatir sobre las cosas que hacen subir o bajar la autoestima, y para que cada una de las mujeres se sintiese protagonista por un rato, sentada en una silla con los ojos cerrados y con todo el mundo, susurrándole algo positivo de ella a la oreja. Muchas de ellas no están acostumbradas a escuchar lo bueno que tienen y se pusieron a llorar. Es bastante fuerte ver que una actividad tan simple puede tener un impacto tan grande.
El jueves comenzamos los talleres de negocio, empezando con los pasos a seguir para abrir un pequeño negocio y poniéndolos en orden del primer al último con la ayuda de las mujeres. Era una manera fácil de explicar términos más técnicos, como gastos e ingresos y dejar a las mujeres que pensasen en su aplicación práctica. Luego nos pusimos en grupos más pequeños para hablar de los negocios en concreto que tenían o querían las mujeres para darle un ejemplo real a la teoría.
El viernes fue un día de manualidades. Fuimos a enseñar a las mujeres cómo fabricar un monedero a partir de una caja de leche. Por un lado pasamos un buen rato con ellas y por otro debatimos sobre cómo ponerle un precio a un producto, pensando en todos los gastos implicados (tiempo, alquiler de taller, electricidad et…)
El último día con las mujeres de Edusi nos sorprendieron con una comida, o un almuerzo, como se dice aquí. Trajeron carne y cebolleta para la parrilla, tomate para la salsa, aguacate para el guacamole y masa de maíz y agua para las pequeñas tortillas guatemaltecas (¡todos aprendimos a «tortiar»!) Nosotros preparamos una tortilla española de patatas, que resultaba ser muy popular, sobre todo entre los niños (muchas de las mujeres vienen con sus hijos). Después de una emocional despedida nos quedamos un rato para hablar con Erik, el director de Edusi, y él nos contó que muchas de las mujeres están maltratadas en casa y que unas actividades sociales con grupos de personas como nosotros realmente tiene importancia para subir la autoestima de ellas y apoyar su bienestar general. Fue una experiencia fuerte pero muy positiva, y ahora nos preparamos para la segunda parte del microproyecto con Namaste.