El 2 de junio será recordado, además de como el día en que el Rey Juan Carlos I abdicó, como el día en que miles de ciudadanos y ciudadanas se echaron a la calle para pedir un referéndum por la III República.
Pero, ¿cómo deberían ser los ciudadanos y ciudadanas de esta República? La definición de república se relaciona con la forma de gobierno de aquellos países en los que el pueblo tiene la soberanía y el ejercicio del poder (aunque lo dé a sus representantes de manera transitoria). Cuando ya no existe la figura de un Rey que decide y “protege” a su pueblo, éste debe estar más informado, debe entender el funcionamiento político y de gestión de la administración pública y sobre todo conocer sus mecanismos de participación para organizarse y conjuntamente incidir sobre las tomas de decisiones del sistema democrático. Esto normalmente va ligado con un mayor compromiso y una responsabilidad hacia la sostenibilidad de la sociedad y el entorno, consiguiendo una sociedad más justa e igualitaria.
¿Nos suena este funcionamiento? La verdad es que SÍ, no difiere mucho de lo que venimos experimentando en los últimos años: ciudadanos y ciudadanas que se organizan en diferentes movimientos sociales, políticos y económicos emergentes que proponen otra forma de hacer las cosas, hasta plataformas para parar desahucios, asociaciones de vecinos que ayudan con su tiempo y recursos a otros vecinos en dificultad, bancos de tiempo y de apoyo mutuo. Casi, sin darnos cuenta, hemos asistido a la forja de lo que podría ser la sociedad que conforme la III República.