Después de una primera semana de toma de contacto, nuestro trabajo va cogiendo ritmo:
Los abuelitos ya nos conocen y nos llaman, se rien, cantan y dan palmas con nosotros. Teníamos un abuelo muy malito con una herida en la pierna y, entre nuestros mimos, y la labor de Nigel, un médico de Malta que ha venido con varios amigos, se encuentra muy recuperado, tanto, que hoy ha comido un platazo de arroz y se ha reido con nuestras tonterias.
Microproyecto en NepalLas hermanas de la madre Teresa nos han invitado a su casa, para ver como viven y como cuidan de minusválidos en la otra residencia que tienen en Katmandú. Nos ha encantado la visita, es espectacular como consiguen un ambiente limpio y relajado en medio de este caos.
La pintura en la escuela está quedando genial, gracias a Sara y a Maite, nuestras dos diseñadoras, que nos han creado unos murales preciosos. Además, hemos organizado un curso de canto que está haciendo furor entre las niñas de nuestra escuela, que dan lo mejor de si mismas ayudadas por el talento del director (Jose Angel).
Para acabar la semana, hemos ido todos juntos a Chitwan, donde hemos podido ver rinocerontes, bañaarnos con elefantes y pasear por la jungla. Un sitio precioso que nos ha unido aún más.
Empezamos la última semana con mucha ilusión y a la vez con mucha pena porque ya vemos el final…. seguiremos contandoos cómo nos va.
Un beso
Marta