Llega julio y con él, el final de la Presidencia española de turno de la UE, que ahora pasa a manos de Bélgica. Seis meses que desde el Gobierno nos fueron vendidos a bombo y platillo como “oportunidad histórica”, “momento clave”, y otros términos similares. Sin embargo, ¿sabemos realmente qué ha pasado en la Unión Europea en estos seis meses?, ¿conocemos qué normativas o decretos se han aprobado? O quizás lo más importante: ¿hemos notado algún cambio en nuestro día a día después de este semestre?
Es este, sin duda, un asunto sobre el que podríamos profundizar muchísimo y que entronca con asuntos de gran importancia que podría llevarnos hasta el replanteamiento de la propia Unión Europea como unidad. Pero vayamos por partes. Para empezar, y antes de seguir leyendo, proponemos un segundo se reflexión para tratar de buscar respuestas a esta sencilla pregunta: ¿cuáles son, en tu opinión, los temas más importantes que han centrado la Presidencia española?
Dando por hecho que todos nos hayamos tomado esos segundos de pausa y recapacitación, diremos ahora que probablemente en la mente de la mayoría haya aparecido el tema de “la crisis financiera”. Eso sí, quizás no hayamos sido capaces de concretar mucho más. En realidad, es cierto que las reuniones del ECOFIN (Consejo de Asuntos Económicos y Financieros) han centrado buena parte de los titulares durante estos meses. En estas citas, los ministros de Economía de los 27 Estados miembros han tratado de buscar soluciones, realizar todo tipo de análisis y evaluar los posible riesgos de algunos de los miembros de la Unión (Grecia como caso más evidente, aunque también España, Portugal o Irlanda). No es intención aquí analizar estas conclusiones ni la coyuntura económica, sino simplemente dejar constancia de que efectivamente puede ser calificado como el tema que más ha llegado hasta los oídos de los ciudadanos.
Porque seguro que son muchos menos los que hayan incluido entre los temas destacados de la Presidencia española la celebración de la Cumbre Unión Europea- América Latina y Caribe (ALC). Una reunión que fue un notable éxito en cuanto al número de acuerdos firmados y al desarrollo de políticas comunes que nacieron de allí, y en la que una vez más España se ha mostrado en este aspecto como el gran impulsor de las relaciones bilaterales entre ambas regiones. Acuerdos de asociación, de promoción de las inversiones, de la cooperación… muchos puntos de gran relevancia se vieron firmados en esta Cumbre.
Pero ahora viene la gran pregunta: ¿cuántos sabían que esta Cumbre se celebró el pasado mes de mayo… en Madrid? ¿Pasó casi completamente desapercibida o los ciudadanos nos enteramos e informamos sobre ella mientras se celebró?
En cualquier caso, casi seguro que los que recuerden esta Cumbre UE-ALC aún serán más que los que hayan incluido entre los temas destacados alguno de los siguientes:
– La promoción de la ciudadanía europea a través de la propuesta de creación del Estatuto Asociativo Europeo, el cual aglutinaría legalmente a todas las organizaciones cívicas europeas y permitiría un refuerzo del papel de las ONGs como elementos de integración y cohesión social, así como del diálogo civil a nivel comunitario y la creación de cauces para una participación ciudadana más activa. Un impulso que complementan herramientas como la Iniciativa Ciudadana Europea (ICE), contemplada en el Tratado de Lisboa y que España ha impulsado durante esta Presidencia (primera después de la aprobación de este Tratado). La ICE supone un gran paso adelante hacia una Unión Europea mucho más participativa para sus ciudadanos.
– La inauguración del Instituto Europeo de Igualdad de Género, y del Observatorio Europeo sobre Violencia de Género. Dichas entidades parten de una propuesta que la ministra española de Igualdad, Bibiana Aído, presentó a la UE para la puesta en marcha de una estrategia común europea para la lucha contra la violencia de género. Aprobada por unanimidad, esta estrategia incluye la adopción de medidas del modelo español, como la puesta en marcha del teléfono único europeo de información y asesoramiento, la asistencia social integral para las mujeres víctimas y para los menores que viven en estos contextos, etc.
– La creación de la Oficina Europea de Apoyo y Asilo por el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, con lo que se potencia el trabajo común en materia de inmigración. Al mismo tiempo, la Presidencia española ha tratado de avanzar en la directiva de permiso único para inmigrantes legales y se ha aprobado el Plan de Acción para menores no acompañados que llegan a la UE de forma ilegal. Todo ello nace de la Declaración de Zaragoza firmada por los ministros de los 27 reunidos en la capital aragonesa en abril.
– La creación de una normativa común para garantizar estándares de calidad y seguridad en materia de donaciones y trasplantes de órganos que se produzcan dentro de las fronteras de la UE. La Presidencia española ha presentado el modelo de nuestro país como ejemplo a seguir, y ha sido aprobado en su totalidad, lo que supone en la práctica la adopción a nivel comunitario de dicho modelo español. España cuenta con la mayor tasa de donación del mundo y es un ejemplo (ahora adoptado a nivel legal en la UE) para todo el mundo.
En general, todos estos temas de indudable orientación social han tenido menor repercusión y la gente los ha conocido en mucha menor medida que los temas de índole económico y/o político. Sin embargo, probablemente se trata de asuntos más cercanos a las personas “de a pie”, que pueden afectarle más en su día a día normal. Y es aquí donde nos topamos con la gran problemática, ¿estos temas son menos conocidos sólo porque los medios les han dado menos cobertura, o también porque los ciudadanos presentan un escaso interés por informarse de ellos?
Analizado en profundidad, una respuesta puede llegar desde el plantearnos cuán “europeas” se sienten las personas que viven en los Estados miembros. Los habitantes de nuestro continente nos sentimos, en mayor o menor grado, “europeos”, pero la gran mayoría se siente de manera más clara y profunda español, italiano, francés o portugués. Es cierto que ambas no son incompatibles, pero no es menos verdad que ello quizás provoque la visión de las instituciones y la Unión Europea en general como algo alejado y distante, algo que en cierto modo sólo les afecta en grandes parámetros económicos como el cambio de moneda, pero que a la hora del día a día no ven en sus vidas.
¿Qué piensas tú sobre todo este asunto? ¿Realmente crees que vemos la UE como algo alejado? ¿Está siendo excesivamente lento el desarrollo social y también político de la UE en comparación con el económico? ¿Cómo crees que podría construirse un sentimiento de identidad europea, o crees que es imposible? ¿Hacia dónde opinas tú que camina la UE en el futuro? Realmente, este es un tema en el que nos interesa mucho tu opinión.
Si quieres informarte más sobre todos estos cambios y muchos otros, o hacer consultas sobre tus derechos como ciudadano europeo, puedes entrar en estas páginas:
– Comisión Europea: Servicio de Orientación a los Ciudadanos
– Página de la Presidencia española: European Union