Estando en el avión ya empiezan los nervios, ya que pasar por la aduana de Israel obliga a muchas preguntas. ¿a qué vienes aquí?, ¿por qué vienes aquí?… y, por supuesto no podemos decir libremente que vamos a un campo de refugiados palestino. Algunos de nosotros pasamos fácilmente, a otros nos frieron a preguntas, pero finalmente pasamos todos y nos reunimos para recoger la maleta, ya por fin en territorio de Israel.
Microproyecto de Cooperación en PalestinaYa llevamos 2 semanas aquí y es un buen momento para reflexionar un poco sobre nuestro trabajo aquí. La experiencia es increíble, el trato con los niños es fantástico a pesar de que nadie de nosotros habla árabe, pero algunos de los voluntarios palestinos si hablan inglés y nos hacen de traductores. Estamos ya un poco cansados ya que el día a día es un poco duro, pero la organización local intenta facilitarnos la vida todo lo posible.
Nuestro día a día empieza a las 8 cuando nos levantamos e intentamos desayunar y lavarnos un poco tranquilamente, cosas que nunca conseguimos porque siempre se cuela algún niño y nos marea a todos.
A las 9 entran los niños, suelen venir unos 150 niños cada vez, los separamos en clases de más o menos 30 niños, con lo que nos salen 5 grupos. Hacemos clases de 40 minutos y los vamos cambiando: unos vamos a manualidades, otros a deportes, otros teatro…., hasta la 13:00 que se acaban las clases y hacemos un pequeño meeting con los voluntarios palestinos de cómo ha ido el día y tenemos 2 horas para comer y descansar un poco. Algunos días a las 16 tenemos alguna visita con algún grupo local para conocer sus iniciativas y otros días damos clases de castellano al resto de voluntarios palestinos.
Realmente muchas veces te haces las típicas preguntas, ¿merece la pena todo esto?, ¿soy realmente útil?….., pero para contestar eso solo puedo relatar lo que he sentido hoy cuando en clase de manualidades un niño de unos 12 años estaba haciendo unos recortables de muñecos y al acabar he estirado la tira con el y he visto una de las sonrisas más sinceras que he visto nunca, o cuando ayer subo las escaleras por la mañana y unos niños que no sabían nada de inglés te saludan diciendo “Good Morning teacher” y llamándote por tu nombre.
En una semana nos iremos de aquí y volveremos a nuestra burbuja europea y nuestro día a día pero creo que durante muchos años recordaremos esta experiencia y a muchos de estos niños. estos niños.