138 voluntarios/as internacionales; 15 microproyectos diferentes en nueve países de África, Sudamérica y Centroamérica; dos microproyectos de voluntariado universitario y uno más de voluntariado corportativo; casi el triple de participantes que en 2009. Estos son los números definitivos de nuestros Microproyectos de Cooperación 2010. Unas cifras que nos llenan de alegría y que nos empujan a seguir trabajando, ya que nos demuestran que cada día somos más los que creemos en estas experiencias. Sin embargo, no son los números lo que importa.
Detrás de ellos hay muchas vidas, muchas personas diferentes, muchas experiencias inolvidables, muchos recuerdos… y también muchas cosas que se quedaron allí, muchas aportaciones, muchas mejoras, muchos planes y proyectos de futuro que han nacido este verano gracias a estos viajes. Y todo ello es mucho más importante que los números, porque son realidades tangibles, que se quedan en las personas (en los participantes y en los beneficiarios, en los que están allí y en los que viajamos desde aquí) y que provocan movimientos, actitudes, respuestas.
Han sido unos meses muy intensos desde que en junio partieron los primeros participantes de 2010. Ellos ya hace tiempo que deshicieron las maletas, mientras que otros apenas llevan una semana en España tras su microproyecto, pero todos forman parte de una vivencia común a pesar de los distintos objetivos que tenían marcados. Es la vivencia de la experiencia intercultural, del compartir con personas que viven otras realidades (mucho más duras, por regla general) y del descubrir que detrás de las apariencias no somos tan distintos. Cada uno ahora, ya de vuelta en España, la digerirá de una manera diferente, y a unos les costará poco recuperar su ritmo, a otros les llevará mucho más tiempo, muchos se replantearán cosas… en definitiva, será una vez más una vivencia que no habrá pasado por nuestras vidas como una más, si no que nos habrá influido de alguna manera.
Eso será en el plano personal de cada uno. Desde AIPC Pandora podemos presentar en estas líneas los resultados obtenidos a nivel de actuaciones realizadas y propuestas de acciones de sostenibilidad posterior que han surgido de su presencia allí. Y estamos muy orgullosos de lo que se ha conseguido y muy ilusionados con la cantidad de propuestas que ahora tenemos sobre la mesa para dar continuidad a los microproyectos realizados. Y sobre todo, estamos felices con la disposición de muchas de las personas voluntarias que han participado.
Como hay que comenzar por algún país, hagámoslo por Tanzania, quizás uno de los proyectos más duros de este verano. Nos desplazábamos hasta Kabanga School, un centro en el que se han refugiado decenas de albinos tras las persecuciones y asesinatos iniciados hace tres años. Allí, nuestro objetivo se centraba en impartir ciertos talleres formativos (informática, manualidades…) y apoyar en tareas educativas. Para ello, Tanzania ha sido uno de los destinos elegidos en los que AIPC Pandora ha donado ordenadores y material informático, junto con Perú y Mali. Nuestra presencia ha supuesto un importante refuerzo positivo, además de servir de punto de partida a la formulación de nuevos proyectos, como la construcción de un comedor y sala de actividades, que vendrán a mejorar notablemente unas condiciones de vida muy precarias para esta población.
En Ecuador, mientras tanto, nuestro objetivo era más sencillo: realizar un campamento de verano con niños y niñas indígenas. Enviamos dos grupos (julio y agosto) y entre ambos han participado casi 200 niños y niñas, los cuales han podido disfrutar de unas semanas de juegos y talleres que han ocupado de forma provechosa su tiempo, alejándolos de otras actividades menos aconsejables. Igual que en Marruecos, donde los campamentos urbanos realizados también por dos grupos (julio y agosto) se han llevado a cabo en barrios muy desfavorecidos y con pocas oportunidades. En ambos países, además, la labor de las personas voluntarias ha servido para potenciar los lazos con las asociaciones locales de acogida y poner encima de la mesa nuevas propuestas de proyectos sobre los que trabajar en el futuro próximo. En junio, nuestro primer microproyecto de Voluntariado Universitario con alumnos de la Universidad Europea de Madrid obtuvo un gran resultado, ya que a las acciones de medicina, arquitectura y Marketing/Comunicación desarrolladas in situ han seguido la elaboración posterior de un Plan de Desarrollo Urbanístico para Azilal y un Plan de Desarrollo Turístico para la región de Ait Boualli. Puedes visitar el blog resultado de su trabajo http://aitboualli.blogspot.com/
Uno de los países más pobres del mundo, Mali, nos ha acogido por segundo año en dos microproyectos distintos. De un lado, repetíamos intervención educativa en el jardín de infancia Fruits D´Or, y de otro, actuábamos por primera vez en el Orfanato de Kanuya, un centro para niños huérfanos o abandonados y con muy pocos recursos para trabajar diariamente, al que donamos ordenadores y equipamos un aula informática. Además, nuestra nueva estancia allí sirvió para evaluar los beneficios del programa de Apadrinamiento Escolar en Mali (que durante este año ha permitido continuar estudiando a 25 niños y niñas sin recursos de Fruits D´Or) y ampliar el programa a Kanuya, dónde se va a poner en marcha un programa de apoyo a las necesidades de escolarización de los internos/as del centro.
Otro programa de apadrinamiento, aunque en este caso de crèches (guarderías), es el resultado de nuestra estancia en Sudáfrica. Allí trabajamos en el barrio de Kayamandi (Stellenbosch), en donde el 65% de su población mayoritariamente negra vive en chabolas. Clases de informática, grupos de teatro, acompañamiento a discapacitados, apoyo a crèches y actuaciones educativas han compuesto nuestras acciones durante el microproyecto. El nuevo proyecto de apadrinamiento se centrará en las crèches de este barrio con el objetivo de solventar las carencias de equipamiento y mejora de infraestructuras de los centros. A día de hoy, ya se ha conseguido la financiación para la primera de ellas.
Igual que en Perú, donde intervinimos en un centro para discapacitados físicos y psíquicos. Además de la donación de ordenadores y materiales específicos para equipar un aula informática adecuada para invidentes, impartimos la formación necesaria para enseñar a profesores y alumnos cómo usarlos. Por último, y aprovechando la presencia de una experta en autismo en el grupo, ofrecimos un programa de formación a los niños autistas y se trabajó con niños y niñas con diferentes discapacidades, intentando mejorar las competencias de las educadoras que se encuentran desbordadas con la variedad de casos que tienen.
En Guatemala, mientras tanto, nos centramos en el tema de la salud y la seguridad alimentaria, para lo cual abordamos la construcción de dos cocinas en Chiquimula y Momostenango (financiadas con el propio microproyecto), completando la actuación con un curso de envasado de frutas y verduras. Tras comprobar el éxito de esta iniciativa, vamos a seguir buscando financiación de forma permanente para construir más cocinas en escuelas rurales, con el fin de mejorar la seguridad alimenticia de las poblaciones, tan amenazada por las carencias de alimentos, así como la invasión de comida envasada de bajo contenido alimenticio.
Un perfil diferente es el que nos llevó hasta Chile, un país que en febrero pasado sufrió un terrible terremoto que dejó casi 500 muertes y medio millón de viviendas derruidas. Una situación de emergencia que requería de la ayuda de todos para contribuir en las labores de reconstrucción que permitieran volver a tener un techo a los más de dos millones de personas que lo perdieron todo con el temblor. Dos grupos de AIPC Pandora (julio y agosto) viajaron hasta la VI Región del país andino para aportar su granito de arena en una de las zonas más afectadas. Allí se encontraron con que estaba todo por hacer, incluso el diagnóstico, pero nuestros maravillosos/as voluntarios/as supieron integrarse en la comunidad local y cada uno con sus competencias aportó todo lo que pudo a esta comunidad tan afectada.
Por último, en Nigeria vivimos otro de los microproyectos más duros de este verano, ya que intervinimos en la realidad del VIH/SIDA, realizando visitas a proyectos y enfermos, y sobre todo intercambiando metodologías con la organización de acogida en el tratamiento de esta enfermedad y de las enfermedades infecciosas en estas personas, como la tuberculosis y la malaria. Además, realizamos un análisis de la situación global de los servicios sanitarios locales en cuanto a atención de los enfermos.
Muchas actuaciones y muchos/as beneficiados/as los que han dejado este verano los Microproyectos de Cooperación de AIPC Pandora. Aunque, como decíamos al principio, seguro que son muchas más las historias de vida, los recuerdos y las experiencias personales que se llevan nuestros/as voluntarios/as internacionales. Puedes leer qué nos han contado mientras estaban en los destinos a través de nuestros Cuadernos de Viajes Solidarios, y también puedes ver fotos de los viajes en nuestra página de Facebook. Asimismo, puedes leer sus experiencias pinchando aquí o echar un vistazo a en qué consistían todos los microproyectos en nuestra sección de Movilidad Internacional.
Este año han sido ellos, el año que viene puedes ser tú. Mientras, nosotros ya estamos trabajando para la edición de 2011.