¿Qué tienen en común el fax, la Unión Soviética y las cabinas telefónicas? Sencillamente que ya no existen. Fueron productos o ideas que tuvieron un gran protagonismo en nuestras vidas y que un día desaparecieron porque dejaron de ser útiles. Sin más. Sin apenas dejar rastro. Eso mismo va a ocurrir en los próximos años con muchas de las profesiones que actualmente conocemos como consecuencia de los profundos cambios que van a provocar la robotización y la inteligencia artificial.
¿Cuáles serán las profesiones más vulnerables a la automatización?
Según un estudio realizado en 2015 por dos profesores de la Universidad de Oxford, Carl Benedickt Frey y Michael Osborne, el 50% de los puestos de trabajo en los países desarrollados podrán ser sustituidos por autómatas en los próximos años. Sin embargo, aunque la robotización del mercado laboral va a implicar la desaparición de puestos de trabajo, no implica necesariamente la posibilidad de trabajar. Según este estudio, la creatividad y la interacción humana son las dos competencias humanas más difíciles de automatizar.
La conclusiones del estudio también establecen que las profesiones que menos posibilidades tienen de ser realizadas algún día por máquinas serán las vinculadas a tareas directivas y ejecutivas, además de las integradas en sectores como la salud, la educación, el arte y los medios de comunicación. Según los profesores Carl Benedickt Frey y Michael Osborne, existen tres tipos de tareas que no podrán desempeñar las máquinas al menos durante las dos próximas décadas: las asociadas a la percepción y manipulación en entornos desordenados (como encontrar un niño desaparecido), las que requieren inteligencia creativa (el humor o la imaginación) y las que precisan inteligencia emocional (persuadir a otras personas). Además cuanto más intensa sea la combinación de estos tres rasgos en la misma profesión, mayor será su resistencia a los efectos de la automatización.
Otro estudio realizado por CaixaBank Research, ha identificado en España hasta 485 profesiones, según su riesgo de sufrir la automatización y las ha clasificado en tres grupos: alto riesgo (contables, teleoperadores), riesgo medio (analistas financieros, transportistas, economistas) y bajo riesgo (médicos de familia, científicos, gerentes). A estas se añaden actividades como los cuidados, la psicología y el trabajo social, la comunicación y la creatividad, cruciales para la sostenibilidad de la vida y para complementar necesidades que también se consideran básicas, según el paradigma del desarrollo a escala humana, como la identidad y el afecto.
¿Serán tus hijos sustituidos en el trabajo por robots?
Todo lo que se automatiza desaparece como recurso humano. Pero aquello que es insustituible por las máquinas adquiere un valor exponencial. Si tienes hijos, es lógico que te preocupes por saber si su futuro se ve amenazado por esta tendencia a la automatización. Y entre las incertidumbre que asomarán estarán cuestiones como ¿Qué profesión elegirán? ¿Qué carrera estudiarán? ¿Cómo se desarrollará su trayectoria profesional? No son preguntas fáciles de responder. Y menos en un entorno tan cambiante como el actual.
En un escenario así es evidente que las competencias académicas, y aquello que se concentra en un libro o en un curso académico al uso, no van a ser suficientes para preparar a tus hijos para los retos que les depara el futuro. A esas competencias académicas tus hijos deberán sumar una serie de competencias emocionales y sociales que configuren una base de conocimientos y habilidades que les permitan desenvolverse con éxito a lo largo de toda su trayectoria profesional.
Esta mochila de competencias emocionales e interpersonales constituirá sin duda un equipaje indispensable para encontrar y mantener un empleo en un futuro donde sólo los profesionales con un alto nivel de inteligencia emocional podrán destacar sobre las máquinas. Se tratan de habilidades que tienen en alta medida desde CEOS y directivos desde gigantes como Amazon o Google, pasando por de pequeños emprendedores de éxito.
En la actualidad son cada vez más los directores de Recursos Humanos que intentan atraer talento a sus compañías priorizando las competencias emocionales y sociales sobre las académicas. No obstante, hay una laguna detectada por la mayoría de sus departamentos en habilidades como el trabajo en equipo, la capacidad de adaptación y las dotes de comunicación de los jóvenes que buscan sus primeros empleos y cuentan con excelente formación técnica, pero un déficit en estas áreas. El énfasis en estas competencias trasversales a la hora de buscar el empleado ideal aseguran la contratación de profesionales creativos, capaces de tomar decisiones en entornos cambiantes, con iniciativa, que saben trabajar en equipo, que toleran el fracaso y no se rinden, que se ilusionan y motivan a sus compañeros, que se adaptan con rapidez a los cambios y que respetan la diversidad. Si no reúnen estas competencias, ¿qué les diferenciará de los algoritmos?
La Educación Global, la herramienta educativa más eficaz para adquirir competencias emocionales y sociales
La Educación Global es un modelo educativo que permite a los jóvenes la adquisición de competencias emocionales y sociales a través del voluntariado internacional y la educación experiencial. Se trata de una fórmula que ha demostrado ser muy eficaz a la hora de completar la formación académica de los jóvenes y transformarles en adultos responsables, empáticos y tolerantes.
AIPC Pandora es una ONG experta en Educación Global que organiza programas educativos en más de 50 países. Durante estos programas, los jóvenes viven diversas experiencias que desarrollan su inteligencia emocional, mediante la inmersión en otras culturas, la práctica de otros idiomas y el desarrollo de actividades propias del voluntariado, como enseñar inglés a niños, ayudar en la construcción de escuelas o participar en proyectos de agricultura sostenible.
Año tras año, los jóvenes que participan en los programas de AIPC Pandora aumentan sus niveles de creatividad, empatía, autoliderazgo o resiliencia, competencias que añaden a su formación académica y que les preparan para afrontar los retos profesionales que les esperan en una sociedad en constante proceso de transformación.
Los estudios que realiza AIPC Pandora para analizar el impacto de los programas educativos sobre los jóvenes, demuestran, por ejemplo, que sus habilidades de comunicación se incrementan un 78%, su empatía un 84%, o su capacidad de liderazgo un 75%. Tras su paso por un programa educativo internacional, los jóvenes se vuelven más sensibles a la diversidad cultural, son más respetuosos con el medio ambiente y se preocupan más por las necesidades de los demás.
La Educación Global es una propuesta educativa que ofrece a los jóvenes la posibilidad de adquirir competencias emocionales y sociales a través del voluntariado internacional y la educación experiencial. La Educación Global se basa en una premisa: conocer otros países y culturas es la herramienta más poderosa para convertir el mundo en un lugar mejor para todos. Primero transforma a los jóvenes, convirtiéndoles en personas más empáticas, comprometidas y responsables, y por extensión, son esos mismos jóvenes, los que al ocupar puestos de responsabilidad en su edad adulta, transforman el mundo a través de sus pequeñas y grandes decisiones. Numerosos estudios demuestran que los adultos que vivieron en su juventud una experiencia educativa internacional son personas más sensibles a la diversidad cultural, son más tolerantes y son más respetuosos con el medio ambiente.
AIPC Pandora es la ONG pionera en España en ofrecer programas de Educación Global. Los programas educativos de AIPC Pandora se desarrollan en más de 50 países y están basados en el voluntariado internacional y en la educación experiencial y van dirigidos a jóvenes con inquietudes sociales, culturales y medioambientales para que adquieran las competencias emocionales y sociales que demanda la sociedad del siglo XXI y conviertan el mundo en un lugar más justo, solidario y en paz.
