Llevamos 24 horas en el campamento y 48 horas en Marruecos, y nos parece una eternidad. Me imagino que esto es común a todos los proyectos, y eternidad en sentido no peyorativo sino más bien intenso.
Comenzamos en barajas, donde algunos llegaron con muchísima antelación, los nervios no les dejaron dormir; otros con la lengua fuera, los preparativos de ultima hora. En Marruecos, ya estaba un adelantadillo, Juan, que voló el día antes. En Bilbao seguían preparándose los que se supone que llegarían a las 11 que fueron las 2.30 de la mañana…gracias ¡¡controladores!!!
Al llegar al aeropuerto estaba Salma, la coordinadora, con su sonrisa de lado a lado y Juan a esperarnos. Ese día comimos cuscus en su casa y visitamos la mezquita azul.
Al día siguiente comenzaba la verdadera aventura.
Nos levantamos pseudo pronto, y nos fuimos a la estación donde nos esperaban unos 270 niños, más monitores y animadores de la asociación con la que colaboramos: AEDF: asociación para la educación el desarrollo y la formación. Tomamos el tren en dirección a Rabat y más tarde Knitra. En Knitra un bus nos trajo a nuestro destino definitivo: el campamento.
Aquí estamos a 5 minutos de una playa enorme, de estas del atlántico, con muchas olas, y apoyamos la labor de los monitores. Hoy, después de nuestra primera mañana de trabajo, puedo deciros que es agotador¡¡¡ pero estamos encantados… aprendiendo algo de árabe, frances, o lo que podemos, pero diremos que ellos aprenden español mucho más rápido que nosotros….
Os seguiremos contando….
