Se está comparando la crisis del coronavirus con una guerra. ¿Es así? No, no se merece el nombre de guerra. La guerra, sí, es horrible, no causa más que sufrimiento y destrucción que duran años. Pero sí, es una crisis que tiene coste humano y consecuencias económicas muy graves. El gobierno ha reaccionado bien poniendo muchos medios financieros para proteger, como dice Pedro Sánchez, primero a las personas, luego a las empresas y en tercer lugar al sistema financiero, aunque sabemos que los tres van juntos y que se va a tener que hacer a la vez.
Estamos viviendo una crisis sanitaria global. ¿Es una solución cerrar las fronteras? Puede que sí, momentáneamente, pero la idea de un mundo globalizado no es ésta. A problema global, solución global. Y cuando haya pasado este momento difícil, nos daremos cuenta de que los esfuerzos habrán sido globales, y que, a pesar de muchos individualismos, habrán ganado la solidaridad y el trabajo conjunto. Estamos todos tomando las mismas medidas para luchar contra el virus, analizando los resultados de los unos y los otros. Los países que pueden ayudar, ayudan a los que están en dificultad y trabajamos sin cesar para buscar un remedio y una vacuna.
Esto nos hace reflexionar, ¿Podemos aprovechar esta crisis para tomar medidas que tenían que haberse tomado hace años? ¿No se dice siempre que mandan los que tienen dinero? Pues, hoy es el gobierno quien tiene el dinero y puede imponer las medidas que esperamos todos.
Hablemos de medio ambiente, llevamos años hablando, celebrando cumbres en contra del cambio climático, gastando grandes cantidades de dinero y no se ha hecho lo suficiente. Lejos de ello; estamos decepcionando y fallando completamente a las jóvenes generaciones que observan rabiosa y tristemente cómo destruimos la naturaleza. Pero, llega el virus, se paran las industrias contaminantes y cae bruscamente el turismo… abrimos bien grande los ojos. ¡Se ve el cielo azul en China! ¡Se ve el fondo del mar en Venecia! ¡Se puede respirar en las capitales europeas! Entonces, ¿no es el momento de tomar las decisiones importantes para no volver a lo anterior en cuanto desaparezca el virus?
Rescatemos a los individuos, pero obliguemos a las empresas que contaminan a invertir el dinero que se les va a inyectar en transformar su producción. No subvencionemos a las empresas químicas, a las que siguen extrayendo carbón y a las que buscan más petróleo. Rescatemos a sus trabajadores e invirtamos en energía limpia, cambiemos la producción masiva de fruta y verduras a base de pesticidas a favor de la agricultura ecológica, traslademos el dinero a esta última y ayudemos a los demás a cambiar su modo de cultivo… El gobierno dice que no escatimará el dinero para salvar la economía, ¡Magnífico! pero al mismo tiempo es su deber aprovechar el poder que tiene ahora para forzar los cambios que reclamamos desde hace años.
Hicieron falta dos guerras mundiales para fundar Europa y conseguir la paz, esperemos que, en el siglo XXI, gracias a una población y unos dirigentes más ilustrados, un virus nos permita tomar conciencia de que hay que poner los medios para cuidar de las personas y recuperar nuestro bello planeta. Si es así, ¡Bienvenido sea este virus!
Chantal Mayer Savarit – Fundadora y Presidenta de Honor AIPC Pandora