Ana Eseverri: «Es un gran momento para el desarrollo de la ciudadanía global»

Eche la vista atrás… Diez años han pasado desde que nació AIPC Pandora. ¿Cómo fueron esos inicios?

Los inicios fueron muy duros como siempre suelen ser, pero llenos de ilusión por sacar adelante un gran proyecto. Soy fundadora de AIPC Pandora pero no me incorporé definitivamente hasta año y medio después y estuve trabajando casi dos años de forma voluntaria porque no existían recursos.

Cuando se pone en marcha un proyecto con pocos recursos, se requieren muchas competencias concentradas ya que entre dos personas hacíamos todo el trabajo, y obviamente no llegábamos a todo. Esto lo hemos suplido de la única manera posible, con horas de trabajo, diseñando y poniendo en marcha proyectos, gestionándolos y viajando por el mundo estableciendo partenariados y asentando nuestra presencia en redes europeas e internacionales.

¿Qué queda de AIPC Pandora de entonces y en qué asociación se ha ido transformando?

AIPC Pandora se constituyó con el fin de promover participación social con fines interculturales y solidarios y nuestra misión a día de hoy sigue teniendo todo su sentido aunque el escenario es otro. Nuestros valores de Solidaridad, Interculturalidad, Reciprocidad, Responsabilidad, Justicia, Comunicación y Crecimiento siguen representando también nuestro trabajo y en el escenario de crisis global en el que nos encontramos, muchos han cobrado todavía más fuerza.

Han pasado 10 años y en este tiempo el escenario de trabajo ha cambiado completamente. Nuestro enfoque en interculturalidad, en nuestra época inicial era totalmente necesario en integración de personas extrajeras aquí, ya que, hace sólo cinco años éramos uno de los países europeos que más inmigración recibíamos. Nos preocupaba muchísimo la integración de los menores y jóvenes, evitar el abandono escolar y para ello teníamos muchos programas que combatían este aspecto. A día de hoy somos un país emisor de inmigración, y nuestro trabajo en interculturalidad se centra en la en el desarrollo de competencias para las personas que salen, tanto por trabajo como por solidaridad.

En cuanto a la Movilidad Internacional, siempre fuimos conscientes de la relevancia de este tipo de experiencias en el trabajo de construcción de la Ciudadanía Global. Fuimos pioneros en el término y el entorno no era muy receptivo al mismo, persistimos y hoy creo que todo el mundo es consciente de que hemos de ser ciudadanos y ciudadanas globales, con la ampliación y adaptación de capacidades y cosmovisión que ello supone.

En cualquier caso, sea cual sea el escenario y las necesidades, la promoción de la participación social y su ejercicio en experiencias internacionales, y la ampliación de la cosmovisión a escala global y humanitaria (en el sentido de para toda la humanidad) es esencial para la persecución del bien común.

Durante estos diez años hemos cambiado de actividades, pero la visión y la misión siguen siendo idénticas al momento fundacional. Además, a día de hoy contamos con un fantástico equipo de trabajo muy involucrado con los valores de la organización, que siente los programas muy suyos y es tremendamente proactivo. Contamos con una gran estructura de voluntariado en todo el territorio y con varias Comisiones de Participación en activo. Toda esta fuerza de trabajo nos permite seguir desarrollando con fuerza los valores que mueven nuestra acción.

¿Cuál es el punto fuerte de AIPC Pandora para las personas voluntarias?

¿Qué hay más fuerte que ser capaz de apoyar causas humanitarias? ¿Qué hay más interesante en la vida que viajar e integrarse en los lugares y con las poblaciones que se visitan? AIPC Pandora facilita ambas cosas, pero no desde el enfoque de la ayuda, sino desde el enfoque de la responsabilidad y el desarrollo social que todas las personas tenemos dentro a uno u otro nivel.

Ofrecemos acompañamiento a través de todo el recorrido de la participación. Somos conscientes de los grandes cambios que experimenta la persona al atravesar por este tipo de vivencias. Estructuramos nuestro trabajo en el apoyo que ofrecemos “antes” de la experiencia, “durante” y “después”; formando en el “antes”, acompañando en el “durante” e impulsando iniciativas de participación que devuelven lo aprendido y experimentado, en la fase de “después”. Estas fases las hemos denominado recientemente aprende (antes), actúa (durante) y transforma (después).

En la vida, todas las experiencias tienen este ciclo, y si se toman con responsabilidad, aseguran crecimiento, desarrollo personal y por lo tanto progreso social. Por lo tanto, acompañamos para multiplicar al máximo los resultados de las experiencias que promovemos.

Ana Eseverri

Diez años supone un punto de inflexión… ¿Qué cambios o qué retos afrontan para siguientes?

Son tantos…, (risas); no los vamos a desvelar todos pero de manera resumida queremos reforzar todo el ciclo de participación, especialmente las fases de “aprende” y “transforma”, ya que el actúa está muy conseguido con la cantidad de programas de experiencias internacionales que ofrecemos.

En la fase “aprende” estamos diseñando una oferta muy amplia e interesante de gestión del conocimiento. Ser ciudadanos y ciudadanas globales no es sencillo, son muchos los factores a tener en cuenta y mucho lo que tenemos que experimentar y en algunos casos “desaprender”. A partir de enero saldrán toda una serie de espacios de encuentro para tratar temáticas que nos lleven en este sentido, que nos acompañen en la búsqueda del bien común.

En nuestra fase de “transforma”, tenemos que mejorar la capacidad de canalizar toda la motivación con la que vuelven las personas de las experiencias internacionales, fortaleciendo las  Comisiones de Participación de Voluntariado y ofreciendo espacios y apoyos a las diferentes iniciativas sociales. También tenemos que ampliar nuestro apoyo a la sostenibilidad de los proyectos de terreno mejorando el trabajo con las comunidades locales y tenemos que mejorar la transmisión de conocimientos y experiencias entre las personas que regresan de experiencias y las que se preparan para ellas.

Las ONG, asociaciones y fundaciones han visto recortadas las ayudas, subvenciones y oportunidades de desarrollo. ¿Cómo afronta AIPC Pandora esta realidad?

El modelo de financiación de AIPC Pandora nunca se ha basado en lo público. Tenemos una herencia muy anglosajona, fortalecida por las redes a las que pertenecemos que dicta que las organizaciones tienen que generar sus propios recursos para ser independientes, creativas y flexibles a las necesidades sociales. Solamente un 15% de nuestra financiación es pública y proviene de Europa. Esta situación nos está permitiendo mantener nuestra capacidad de trabajo en momentos de crisis.

Además es un gran momento para el desarrollo de la ciudadanía global; el sistema al completo está en cuestión y con ello el rol del individuo dentro de la sociedad. En nuestras sociedades hemos contado con grandes estructuras de apoyo que al disminuir su capacidad nos hacen ser mucho más crític@s, analític@s y proactiv@s con el entorno en la defensa de nuestros derechos y en el ejercicio de nuestras obligaciones. Es el momento de las preguntas y las respuestas y este ámbito nos gusta mucho en AIPC Pandora, es el ámbito de la participación y del debate permanente, del cuestionamiento, las propuestas y la innovación.

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