Eres lo que aprendes. Y lo que no se vive es imposible de ser integrado como parte de ese aprendizaje. Allí radica la importancia de la educación internacional no formal para abrir puertas a las generaciones de milennials y centennials. No solo en la dimensión profesional sino, especialmente, en su desenvolvimiento interpersonal.
Algo que crea un círculo virtuoso: toda inversión social encaminada en esa dirección repercute en el crecimiento económico y en el emprendimiento juvenil de valor para una sociedad.
¿El sistema educativo en España está fracasando?
En palabras de José Antonio Marinas “España ha perdido el tren del aprendizaje” y con ello, la capacidad de adaptarse a las exigencias de los nuevos paradigmas productivos globales, cada vez más aplicados a la generación de conocimiento que a bienes y servicios al uso. En la era del big data, algunos informes y datos parecen darle la razón: España cuenta con una de las tasas de abandono escolar más altas de Europa y el 25% de los jóvenes no obtiene el nivel ESO.
La directora de AIPC Pandora, Ana Eseverri interpreta, en calidad de experta en programas internacionales de innovación educativa, que la consecuencia es un nivel de emprendimiento y el autoemepleo juvenil muy reducido, “lo que lastra el potencial de creatividad e innovación connatural a la juventud”. Tan sólo 195.000 jóvenes emprenden por cuenta propia, según la EPA y la Estrategia Europea de Juventud. Atribuye parte del problema a que “en España se asimila éxito con talento mientras que en economías emergentes como Singapur, China o Japón, se relaciona con esfuerzo”.
¿Cómo conseguimos subirnos al tren de nuevo?
Los programas de movilidad internacional son un complemento educativo fundamental en una era que exige respuestas a desafíos globales crecientes, como el cambio climático, las desigualdades económicas y de género, los conflictos territoriales. El contexto importa, y es un mundo cambiante y complejo, cada vez más interconectado y diverso.
Las competencias transversales que aportan estas experiencias, según la mayoría de sus participantes, no son algo que fácilmente encontrarán en ningún libro. La propuesta es ambiciosa, pero alcanzable, y comienza por echar a andar el ascensor social.
1. Salvar la brecha de exclusión con oportunidades educativas antes del viaje
Existe una correlación histórica entre posición social y posición laboral. Esto limita la mejora de la productividad y del crecimiento económico de un país, al tiempo que frustra el emprendimiento creativo y, con ello, la superación de las nuevas generaciones. Estimular una movilidad social ascendente implica quebrar, desde los centros de estudio, la inercia que favorece a quienes más oportunidades de partida tienen.
Según un informe de la OCDE, una persona que naciera hoy en nuestro país en el seno de familias de escasos recursos económicos, necesitaría de al menos cuatro generaciones para llegar al nivel medio de renta de la sociedad. El reflejo de esta debacle está en el millón de jóvenes entre 16 y 29 años que están en paro y el 61,4% de ellos que están en riesgo de exclusión social.
Ante este panorama nace Oportunidad al Talento, un programa de educación internacional que otorga becas a 20 jóvenes con recursos limitados y probada excelencia académica, cultural o deportiva para su formación como líderes globales. La iniciativa emprendida por AIPC Pandora junto a Fundación Tomillo y con la colaboración de la Obra Social La Caixa, Fundación Verón e Impact Hub Madrid. Consiste en un itinerario que acompaña a los becarios durante 3 años para ampliar sus condiciones de acceso a la universidad y perfilar sus habilidades “blandas” o soft skills, tan valoradas en el volátil mercado laboral actual.
“El programa, como dice el nombre, me pareció una oportunidad. El resto de chicos y chicas que vienen al programa tienen talentos increíbles, son unas personas que te animan”, reflexiona tras una sesión formativa Mariano, uno de los becados. “El mayor desafío es vencerme a mi mismo – esta voz que te dice no lo intentes, puedes fallar” dice dando muestras de resiliencia, aptitud que se trabaja dentro del temario del programa.
Jara, una de las becarias de Juventud&Liderazgo en 2018. India, Mysore.2. Favorecer la integración de competencias globales
La promoción de la igualdad educativa pasa por afianzar ciertas habilidades que, más allá de lo técnico, se consideran imprescindibles hoy día para alcanzar altas capacidades de influencia y poder de decisión en entornos cambiantes.
Este conjunto de activos llamados “Competencias globales” ya son medidos por un índice de la OCDE y han sido incluidos a partir de este año en el TEST PISA. Se trata de la última tendencia para estimar la cualificación que abrirá oportunidades de ascenso a futuros cargos medios y altos, tanto en gigantes como Google o Amazon, como en pequeñas startups.
Bajado a tierra, son aptitudes conocidas y ligadas a la inteligencia emocional, pero no siempre ejercitadas por todos/as, tales como el liderazgo empático, la comunicación asertiva, la capacidad para la resolución de conflictos y para crear alternativas innovadoras frente a nuevos retos, la resiliencia y la escucha activa, entre otras.
En una de las formaciones de este mes de Oportunidad al Talento se ahondó precisamente en la comunicación no violenta como factor crítico para la prevención del conflicto. Así lo compartió una de las participantes, Shen Shen Pang: “La asertividad es una herramienta para resolver conflictos”. Una actitud que solo es posible adoptar si se detectan las necesidades y las propias emociones se ponen de manifiesto con empatía :”Si no valoramos nuestras propias necesidades, otros no las van a valorar”, sentencia. “Hay que pensar y recapacitar. No hay que hablar hiriendo a los demás”.
3. Apostar por experiencias internacionales solidarias
Un pensamiento crítico y autónomo se cultiva en contacto con la pluralidad de puntos de vista. Para exponerse a este contraste es necesario conectar con la diversidad y lanzarse a la exploración de nuevos ambientes, fuera de la “zona de confort”.
La recompensa es obtener experiencias que van modelando el carácter de auténticos ciudadanos del mundo que desarrollan un alto grado de responsabilidad social, a raíz de experiencias personales de voluntariado internacional en comunidades del sur. Es el primer paso para contribuir a la sostenibilidad del planeta y a las relaciones armónicas entre las naciones que lo conforman.
Efraymi, becario de Juventud &Liderazgo 2018, durante su voluntariado en India, Mysore.El grueso de quienes conviven con personas que tienen otros saberes, formas de habitar el mundo y necesidades no cubiertas, reconocen y valoran la riqueza aportada por este contacto. Es el germen para promover vínculos con entornos cada vez más interculturales, con el potencial de construcción de grandes sinergias que implica en un entorno globalizado.
Otra habilidad que se profundiza y que hace ganar confianza para el desenvolvimiento en ambientes internacionales es la comprensión y comunicación en un nuevo idioma. El inglés es el puente para entablar muchas de las negociaciones, no solo económicas, sino entre los organismos internacionales como la ONU llamados a asegurar la gobernanza, la democracia y la diplomacia en nuestro mundo.
Ante la importancia que tiene preparar a los becarios antes de su experiencia de voluntariado, recientemente se dictó un taller de comunicación y cultura en el marco de Oportunidad al Talento. En él Rofaira compartió que “A lo largo del tiempo cuando vas creciendo, la interculturalidad que compartimos en OT, se puede aprender mucho, aprender a compartir con personas de diferentes culturas».
4. Contribuir a la formación de líderes éticos en todo el proceso
En nuestros tiempos, entender el panorama global y las problemáticas sociales, económicas,ecológicas, raciales y de género presentes con una mirada amplia es crucial. El enfoque crítico debe atender a la gran cantidad de complejidades y al entramado de actores que influyen en su agudización o en su solución. ¿Cómo preparamos a los jóvenes de hoy para ser los líderes comprometidos del mañana?
Frente al repliegue que proclaman crecientes opciones políticas de signo conservador, la respuesta se hace urgente. A los retos globales de hoy día se suma la labor de mantener a flote el ideal democrático europeo, basado en valores de solidaridad, justicia y paz. AIPC Pandora considera que la hoja de ruta ha de estar basada en una ética de los derechos humanos y que son las nuevas generaciones quienes guiarán este camino.
Una de las recientes sesiones formativas de Oportunidad al Talento, dedicada a la resolución de conflictos, probó ser un filón para consolidar este tipo de liderazgo.
“He notado que desde que he entrado aquí tengo una visión más ética sobre las cosas que hago en mi día día y considero que esto me va a beneficiar en el futuro”, dijo Adrián. “Quiero crecer para poder hacer grandes cambios, mejorar la sociedad y el mundo en que vivimos”, declaró durante una de las dinámicas.
Su compañera de programa, Marta Matín, no se queda a la zaga cuando reafirma “no me gusta nada incumplir mis valores. Quiero crear algo que demuestre que los errores de las personas, lo que no encaja, no son tales errores. Todas las expresiones culturales complementan a las demás.”
5. Crear una alianza por una educación de calidad
La agenda 2030 ha congregado a estados, entidades sociales, empresas y a la sociedad en general para dar un paso al frente por el cumplimiento de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin duda, el Objetivo 4, que plantea la meta de una educación de calidad donde nadie quede atrás, es el punto de partida para que en lugar de una generación perdida contemos con líderes para impulsar todos los demás.
Por ello muchas son ya las empresas que han incorporado como parte de su Responsabilidad Social Corporativa el voluntariado corporativo. Algunas compañías como Delta Airlines incluso, pagarán a sus empleados para hacer voluntariado. Su CEO considera que aporta al entendimiento de un mundo que se mueve velozmente y de una «misión más amplia» que trasciende su negocio.
Cobra sentido que ante la incertidumbre que supone un modelo global vertiginoso se plantee una alianza por una educación para el desarrollo sostenible. Y que estos esfuerzos conjuntos reconsideren el modelo de relaciones humanas, laborales y profesionales en el mundo, con miras a un impacto transformador.
En este escenario, el compromiso de AIPC Pandora es proponer experiencias de movilidad y voluntariado internacional que complementen la educación normada. De esta forma, jóvenes con gran potencial, pero con recursos reducidos, pueden formar parte de un intercambio con comunidades del sur que contribuya a una de las metas del ODS4 a través de un aprendizaje vivencial sobre igualdad de género, la cultura de la no violencia, la ciudadanía global y la valoración de la diversidad.
Comenzar por un click para dejar una huella
Además de todos los socios y colaboradores de Oportunidad al Talento, hay muchas personas a título individual y entidades que pueden sumarse a distintas iniciativas de innovación educativa a través del aprendizaje internacional. Entre ellas se cuentan, además de Oportunidad al Talento, otros programas como Juventud&Liderazgo, que próximamente abrirá su convocatoria para adjudicar becas a jóvenes excelentes de oportunidades limitadas y que puedan ser partícipes de programas de educación internacional este verano.
En breve verá luz otra iniciativa, orientada especialmente a sumar apoyos de empresas, para generar bolsas de becas a cambio de comunicar programas de movilidad internacional en sus canales. Ideas win-win-win que están al alcance de un click y que pueden hacer de cualquier internauta un potencial embajador de la inclusión educativa, con acento innovador.
Cuéntanos, ¿qué otra idea posible se te ocurre para unir la innovación educativa y el aprendizaje internacional?