Hace tiempo que oímos hablar de la importancia de educar en ciudadanía activa, en participación y en cómo tomar un rol activo en nuestra sociedad. Hace también mucho tiempo que oímos hablar de globalización, de lo global, de lo que ocurre a tiempo real y a escala humanitaria.
Hace también tiempo que hablamos de interculturalidad y de integración, de desarrollar competencias que nos permitan aprender de lo diferente y valorar los beneficios de una sociedad compuesta por muchas culturas basadas en el respeto y la integración entre las mismas.
Tres conceptos, que si bien no son nuevos, son cada vez más actuales y cada vez, se vuelve más imperativo que los integremos en nuestra vida y en nuestra educación.
Es verdad que al mismo tiempo son conceptos abstractos en sí mismos, que solamente cobran su valor real con la experimentación directa; es decir, entendemos lo que es la ciudadanía activa cuando nos implicamos en una causa y nos sentimos partícipes de los logros conseguidos; entendemos que es la globalidad cuando viajamos a India y desde nuestro nuevo hogar en una familia local, reportamos en Facebook las conversaciones y vivencias que allí tenemos, o tenemos amigas con quienes no podemos compartir una hamburguesa porque su religión lo prohibe, y nos paramos en el camino porque tienen que rezar tres veces al día.
Esto es el día a día de nuestra sociedad, integrar estas situaciones en nuestra cotidianeidad, normalizarlas y sobre todo respetarlas dándoles todo su valor. Desgraciadamente, esto no se aprende en un libro, esto se vive, se sientre y entonces se entiende, se integra; es decir, los ciudadanos y las ciudadanas globales no nacen, se hacen, y son ellos los que conseguirán un mundo en paz, en el que todas estas situaciones tengan una importancia muy relativa, porque el respeto es la norma.
Es importantísimo que sepamos educar a nuestros jóvenes en ciudadanía global, que entiendan que su cultura es una más, ni mejor ni peor, y que hay millones de maneras de vivir en este mundo, y todas son igual de importantes e igual de enriquecedoras; que el éxito del futuro, es ser feliz en este contexto.
Por ello, desde AIPC Pandora, cada día estamos más convencidas de que los programas que te permiten esta esperimentación son tan necesarios como el resto del itinerario educativo, y cada día doblamos nuestros esfuerzos para que estas experiencias puedan llegar a más y más jóvenes, y formar a los ciudadanos y ciudadanas globales del presente y futuro.