15-M: la revolución de la sociedad civil llega a España

Por fin, en nuestra historia más contemporánea, el año 2011 ha permitido que se den las condiciones y la energía ciudadana requerida para reaccionar contra la imposición descarada de los políticos de los partidos mayoritarios, que mientras dicen que hacen política, engañan, manipulan y tergiversan los grandes temas que recaen directamente en la ciudadanía.

¿Qué aires trae el 2011 que está empujando por fin a la gente a levantarse y protestar, sin que ningún partido u organismo lo lidere? Comenzamos el año viviendo la mecha que prendió en Túnez y que se extendió de inmediato por el norte de África, llevándose en su camino regímenes totalitarios como el del propio Túnez o el de Egipto. Exigencias de democracia y libertades, exigidas por los ciudadanos por y para sí mismos, sin tintes religiosos ni políticos de ningún color.

Y ahora España. ¿Es sólo el desarrollo de las redes sociales e Internet lo que posibilita estos niveles de convocatoria? Sin duda es un arma muy importante para el llamamiento, pero la respuesta positiva se produce por otros motivos. El hastío y el cansancio de los ciudadanos y ciudadanas, que llevamos años escuchando que estamos en crisis y que hay que apretarse el cinturón, aguantando rebajas salariales, subidas de impuestos, incrementos de precios y recortes sociales de todo tipo. Y todo ello, mientras las clases políticas (no sólo españolas, sino también europeas y de todo este mundo globalizado) manejan a diario cifras multimillonarias que no alcanzamos a comprender en toda su extensión, pero que poco a poco van minando nuestra confianza en todo este sistema: 15.000 millones de reducción del gasto público, 9.000 millones para el rescate de Caja Castilla-La Mancha, 71.000 millones de ayuda para el rescate económico de Portugal, 38.000 millones para el de Grecia… y así a diario.

Siempre grandes cifras que al final siguen siempre una misma pauta: enormes desembolsos para rescates financieros y económicos, y grandes recortes del gasto público. O, lo que es lo mismo, gastar muchísimo dinero público en salvar este sistema económico (con sus bancos y sus cajas), y compensar ese gasto reduciendo la inversión en materia social (educación, sanidad, servicios sociales, etc).

¿Cómo es posible que hayamos aguantado tanto? ¿Acaso no es lógico que esto acabe reclamando cambios estructurales? Razones para ello desde luego no faltan, y quizás el problema es que lo que se nos vendió como una crisis temporal y pasajera, se ha convertido en una infatigable compañera de viaje de la que estamos “a punto de salir” desde hace ya 3 años. Y la gente se ha cansado, porque ya está harta de que le tomen el pelo diciéndole que todo está a punto de pasar y que luego será diferente.

Ahora nos llaman a votar de nuevo el 22-M… y empezamos a ver los eslóganes de siempre: “Centrados en ti” (no somos de derechas, somos de centro, y sólo pensamos en ti), “El presidente de la gente común” (somos como tú, un ciudadano más), y así hasta el infinito. En la situación de cansancio generalizado, desconfianza hacia la clase política, críticas al sistema (gastar dinero en los bancos y recortarlo del gasto social), paro por las nubes (5 millones de parados y un 44,5% de paro entre los jóvenes!!)… esos eslóganes suenan hoy más que nunca a tomadura de pelo, al mismo engaño de siempre, a las promesas que no se cumplirán, al hacernos sentir que nos toman por tontos. A pedirnos participar del juego para que sintamos que nosotros tomamos las decisiones… cuando no es verdad.

Por eso, un lema como Democracia Real Ya cala entre la gente como lo ha hecho. Porque cada vez más se siente este sistema como ajeno y alejado de los ciudadanos y ciudadanas y de sus problemas reales. Parece que nosotros los elegimos pero nadie luego nos representa. El bipartidismo político predominante en España cada vez es más visto como “el mismo perro con distinto collar”.

Pero no podemos quedar en sólo quejarnos ¿Cuáles son las opciones? ¿Qué podemos hacer para que de verdad se produzca un cambio? ¿Qué propuestas tenemos? En primer lugar, movernos.  No podemos quejarnos mientras seguimos en silencio en nuestras casas. Salgamos a las calles, la mecha ya está prendida, el movimiento ya está en marcha. Sólo tenemos que unirnos. Ir y apoyar con nuestra presencia. La suma de todos hará que fluyan las ideas, las propuestas, la coordinación entre todos. De hecho, ya se están formando comisiones entre los ciudadanos movilizados en plazas de toda España: comisión de propuestas al congreso, de comunicación, de acción, de limpieza, de expansión…

Ahora es el momento, y la respuesta está siendo tan numerosa que las clases políticas se están empezando a poner nerviosas, lo cual sólo puede significar que las protestas van por el buen camino. Medios de todo el mundo están haciéndose eco de lo que ya se llama la “Revolución española”… mucho más eco del que está incluso teniendo aquí en nuestro propio país. ¿Cortina de humo de nuestros medios? ¿Nueva demostración de que están dirigidos todos ellos por partidos políticos (ya sea PSOE o PP, que igual da) a los que no conviene que se vea la magnitud de lo que está pasando?

Una revuelta pacífica y sólo de ciudadanos y ciudadanas. De personas que quieren superar la obsoleta dicotomía izquierda-derecha, para apelar a los valores y las personas, a la justicia social y a la democracia real.

Acabamos con un enlace a un vídeo de Carlos Taibo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y una de las grandes figuras del movimiento antiglobalización en nuestro país, dirigiéndose a los presentes en la madrileña Puerta del Sol el pasado día 15… el día del que esperemos poder decir en el futuro que fue el día en que empezó todo. Pincha aquí para verlo.

Y tú, ¿cómo estás viviendo las protestas de estos días? Queremos saber tus vivencias si estás en alguna de ellas, y si no lo estás queremos conocer tu opinión. ¿Qué propuestas harías tú? ¿Crees que tendrán éxito real estas manifestaciones o por el contrario piensas que acabarán pasando y todo seguirá igual? Queremos conocer tus respuestas y comentarios, así que anímate y participa. Es el momento.

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Estamos viviendo en un mundo totalmente incomprensible para las personas, todas las personas que no detenemos el poder. Yo fui educada en la religión cristiana,

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