6 de cada 10 niños trabajarán en profesiones que aún no existen

Son palabras de Joaquín Nieto, director de la oficina en España de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), pronunciadas en un simposio dedicado al futuro del trabajo con motivo del centenario que celebra este año la OIT.

Esta declaración evidencia el cambio de paradigma que está experimentando el mercado laboral, como consecuencia de las profundas transformaciones que está provocando la confluencia de diversos fenómenos como la digitalización, la globalización, la inteligencia artificial o el cambio climático.

En este contexto la necesidad de implantar un sistema educativo diferente, más actualizado y más flexible se presenta como un desafío incuestionable. ¿Pero cómo preparar a nuestros hijos para trabajos que hoy ni imaginamos?

El futuro del trabajo: ¿qué podemos hacer los padres para preparar a nuestros hijos?

Zygmunt Bauman (1925-2017), probablemente una de las mentes más lúcidas y visionarias de nuestro tiempo, escribió que “nos encontramos en una modernidad líquida, en la que todo cambia a una gran velocidad. Hoy la sociedad es como el agua, como los líquidos, todo fluye de manera imparable. Nada es bueno ni malo en sí mismo, y aunque haya habido sustitución de trabajadores por equipos tecnológicos, también hemos ganado en seguridad laboral, en libertad y en derecho a la información.”

Es evidente que el futuro del trabajo se presenta como uno de los grandes retos a los que debe enfrentarse la humanidad, pero en concreto, ¿qué podemos hacer los padres para preparar a nuestros hijos? La adquisición de competencias emocionales y sociales, frente a las competencias estrictamente académicas y curriculares, se presenta como una necesidad cada vez más demandada.

Competencias como la empatía, la creatividad, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico o el autoliderazgo son cada vez más valoradas por las empresas, conscientes de la importancia de incorporar a sus plantillas personas capaces de adaptarse con rapidez a los constantes cambios y capaces también de afrontar con amplitud de miras nuevas situaciones en escenarios completamente diferentes. Muchos expertos denominan a estas competencias “soft skills”, frente a las “hard skills”, esas habilidades técnicas adquiridas y memorizadas durante la formación y la experiencia laboral.

Las “soft skills” engloban las habilidades sociales y emocionales que se adquieren en la vida diaria, que difícilmente se pueden aprender en el colegio, y que sólo son el fruto de la experiencia personal.

Impacto valorado por los propios participantes de nuestros programas en términos de adquisición de competencias globales

El nuevo paradigma laboral exige nuevas soluciones

Este años el Informe PISA incluirá este conjunto de competencias emocionales y sociales bajo el nombre “Competencia Global” y medirá la capacidad que demuestra un joven para desenvolverse con éxito en entornos multiculturales, interactuando con dignidad, respeto y responsabilidad, y persiguiendo en todo momento la sostenibilidad y el bienestar colectivo.

Esta decisión indica la importancia que las autoridades educativas europeas están concediendo ya a las competencias emocionales y sociales, es decir a la llamada Competencia Global.

En esta línea de actuación se ha pronunciado también Antonio González, CEO de Impact Hub, la mayor red global de comunidades de emprendimiento con impacto del mundo, presidente de AIPC Pandora y uno de los impulsores del ebook “The Future of Work”.

En un artículo publicado en el blog Ideas Imprescindibles, Antonio González afirma que “estamos asistiendo a un cambio de era y hasta ahora los cambios de era siempre han traído consecuencias muy positivas para la humanidad”. Antonio González asegura que “estos procesos de nuevas economías demandan una gestión eficaz de la frustración, una mayor resiliencia, mayor seguridad en ti mismo, más confianza y una gestión completamente nueva de los tiempos, los espacios y las relaciones”.

Los programas educativos internacionales preparan a los jóvenes para el nuevo paradigma laboral

En este contexto, los programas educativos internacionales basados en el voluntariado ofrecen una fórmula muy interesante para adquirir competencias como la empatía, la tolerancia, el pensamiento crítico o el autoliderazgo, tan necesarias para afrontar los retos del nuevo paradigma laboral.

AIPC Pandora ofrece a jóvenes y adolescentes la posibilidad de vivir un conjunto de experiencias que les transformarán y les convertirán en adultos más conscientes, responsables y comprometidos. El contacto con personas de otras culturas, lejos de su zona de confort, amplía su visión del mundo, al tiempo que elimina sus prejuicios y les convierte en personas más independientes y solidarias.

AIPC Pandora lleva dieciséis años organizando programas educativos internacionales para jóvenes y adolescentes. En este tiempo casi 8.000 jóvenes han participado en nuestros programas realizando actividades educativas y solidarias en más de 57 países. Tras su paso por estos programas, y fruto de las experiencias vividas, muchos de esos jóvenes hoy están participando en la transformación de su entorno, aportando una visión más consciente y comprometida.

Nuestra experiencia nos ha demostrado que cuando los jóvenes viajan por el mundo desarrollando acciones de voluntariado y participando en proyectos, el aprendizaje adquirido se traduce en un conjunto de aptitudes y actitudes interpersonales a las que denominamos Competencia Global. Ese conjunto de habilidades emocionales y sociales constituyen una herramienta de gran valor para los jóvenes a la hora de afrontar los retos profesionales que les depara el futuro.

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